Un voluntario de Creu Roja llama al portero automático del domicilio al que lleva la comida.

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El Ajuntament destino el año pasado 475.000 euros más que en 2019 al servicio de ayuda a domicilio con motivo de la pandemia del coronavirus. Si en 2019 se presupuestaron 1.265.000 euros a entregar comida a domicilio a personas mayores de 65 años o dependientes, el año pasado se gastaron 1.740.000 euros.

La coordinadora de Benestar Social, Catalina Trobat, explica que se trata de un servicio, gestionado a través de Creu Roja, que consiste en la distribución de menús en las viviendas de los beneficiarios «contribuyendo así a facilitar la permanencia de estas personas en su casa, proporcionándoles una alimentación adecuada al mismo tiempo que prevenimos y detectamos situaciones de aislamiento y soledad».

Las necesidades del servicio aumentaron el año pasado con motivo de la pandemia y el estado de alarma. En primer lugar se dio una mayor demanda entre los usuarios habituales. Si en 2019 fueron 5.808, a los que se destinaron 1.265.000 euros, el año pasado se atendió a 5.982 personas, por 1.305.000 euros.

Pero, además, se tuvo que realizar una ampliación extraordinaria para atender a otros colectivos. En primer lugar se atendió, entre los meses de abril y septiembre, a otras 805 personas que en estado normal no necesitaban la comida a domicilio porque salían de casa para ir a comer a casa de algún familiar, etcétera, pero que durante el año pasado sí lo necesitaron por diversas circunstancias. El gasto total fue de 160.364,61 euros.

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Familias

Después se aprovechó esta ampliación extraordinaria para ofrecer el servicio a algunas familias. Aunque normalmente no está destinado a ellas «teníamos constancia de algunas que no podían bajar a comprar durante el estado de alarma por algún impedimento físico, por no poder llevar a los niños, por ser de riesgo ...», indicó Trobat. Se atendió a 94 familias entre los meses de abril y junio, con un importe de 17.417,32 euros.

Por último hubo una ampliación para los usuarios de los casals d’autonomia, que son tres comedores municipales para personas mayores que durante el año pasado estuvieron cerrados por lo que se les ofreció el servicio de comida a domicilio. Se atendió a 834 personas, con una media de 83,5 usuarios al mes, y un gasto total de 255.741 euros.

En estos momentos, junto a los usuarios habituales, que son en torno a las quinientas personas por mes, se sigue atendiendo a los usuarios de estos casals d’autonomía por las restricciones de aforo que todavía tienen.