La entidad ha condenado en un comunicado la última de esas agresiones, el «atentado» perpetrado en el conjunto arquitectónico dedicado a Antonio Maura. | Pere Bota

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El Círculo de Bellas Artes de Palma ha denunciado este jueves la «pasividad municipal» hacia las agresiones al patrimonio artístico de la ciudad, que ha supuesto que la situación haya alcanzado «extremos insoportables» y haya convertido la capital balear en «un auténtico remedo del Bronx».

La entidad ha condenado en un comunicado la última de esas agresiones, el «atentado» perpetrado en el conjunto arquitectónico dedicado a Antonio Maura, obra del escultor Mariano Benlliure, ubicado en la plaza del Mercat desde 1929. El CBA recuerda que ese conjunto escultórico ya había sufrido deterioros anteriormente pero había sido restaurado.

La entidad recalca que esta nueva agresión al patrimonio artístico de la ciudad se suma a las sufridas por «diversas esculturas durante años» y denuncia que «muchas de las cuales permanecen aun con pintadas o deterioros y sin restaurar».

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El CBA tilda de «auténtica vergüenza para propios y extranjeros» que desde hace tiempo existen «numerosos incivilizados que han convertido en gran medida el centro histórico, en objetivo de sus pintadas hasta tal punto que no existe prácticamente pared, incluso las de edificios catalogados, en la que no hayan dejado huella de su barbarie».

«Y todo, gracias a una pasividad municipal que ha dejado que las cosas llegaran hasta extremos insoportables», denuncia la institución, que admite que ahora el ayuntamiento parece haber reaccionado pero advierte sobre ese vandalismo que «no lograrán erradicarlo solo con eslóganes».

El CBA señala que los grafitis urbanos deben protegerse y pone como ejemplo los casos de Soma o Aguiló en Palma, pero recalca que «cosa distinta son las pintadas sin objetivo alguno mas allá de deteriorar el patrimonio».

El Círculo de Bellas Artes de Palma considera que «comienza a ser buena hora de que los responsables de Urbanismo y Cultura de la ciudad tomen en serio de una vez por todas la necesidad de erradicar esta lacra que ha convertido Palma, una de las ciudades más bellas y mejor conservadas del Mediterráneo, en un auténtico remedo del Bronx, y devuelvan a las paredes de la ciudad la dignidad perdida».