Un profesional sanitario realizando un test rápido de antigénicos. | Enric Fontcuberta

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Los temores de Salut se cumplen y, aunque a menor ritmo que en el resto del Estado, Baleares también sufre un incremento de contagios. La incidencia acumulada de COVID-19 en los últimos 14 días en el conjunto de las Islas ha pasado de 125,6 casos por 100.000 habitantes el pasado 13 de octubre, a los 140,9 de día 19 y crece de forma generalizada en 41 de las 58 zonas sanitarias.

Mallorca, con 84 casos por 100.000 habitantes a siete días, entra en la zona roja de alto riesgo con este indicador en la que hasta ahora sólo se situaba Ibiza. En las dos últimas semanas ha tenido 1.281 diagnósticos positivos. Existen tres puntos críticos en la geografía balear: buena parte de la isla de Ibiza, la ciudad de Manacor y varios barrios de Palma, como son los que corresponden al centro de salut Mar Ponent (1,42), Son Pisà (1,42) o Son Gotleu (1,34).

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La tendencia al alza se ve reforzada con el aumento repentino de casos de ayer: se notificaron 210 nuevos contagios en una sola jornada, algo que hacía más de un mes que no sucedía. Por otra parte, la tasa de PCR positivas sobre el total de las realizadas ascendió a 8,56%.

La pandemia se cobró además otras nueve vidas, ocho de ellas notificadas por la vía oficial y una última en las residencias de ancianos que todavía no está contabilizada. En total han fallecido 359 personas, un 36 % en esta segunda ola, desde agosto, que se ha ensañado con los asilos. En cuanto a brotes se han detectado hasta 253 desde el inicio de la pandemia, un 36 % de estos (91) fueron de ámbito familiar, un 21 % (53) se originaron debido a reuniones sociales y un 15 % (37) eran laborales.