Las protestas de UGT, CCOO, SAE y CSIF son a nivel nacional y se repetirán en las puertas de los centros de salud los siguientes martes de octubre. | AGUSTINA LINDE

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«Cualquier persona que intenta ir a su centro de salud porque tiene un problema que no es COVID lo tiene muy difícil. Hay muchas patologías que no son COVID y un muro importante les dificulta el acceso». La secretaria del sector de salud de UGT Balears, Aurora López, incidió ayer en que los recortes que durante años sufrió la sanidad pública ha dejado en evidencia el actual déficit de trabajadores y repercute directamente en la atención a la población.

«Cuando te dicen que alguien se pondrá en contacto contigo y te llaman a los tres o cuatro días está claro que Atención Primaria está saturada», añadió López a las puertas del centro de salud Escola Graduada.

Los sindicatos UGT, CCOO, SAE y CSIF piden a los políticos que dignifiquen la sanidad con una mayor inversión en medios humanos y técnicos para poder atender a la población de manera adecuada. Ayer convocaron una concentración en las puertas de los centros de salud de todo el Estado que repetirán los martes de todo el mes.

Advierten de que desde los ambulatorios han dejado de hacer labores de prevención, o que «no se están atendiendo las patologías crónicas de la gente mayor que debe seguir visitando al médico para que le revisen la medicación», añade el coordinador de sanidad del CSIF, Guillermo Vila.

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En la protesta no sólo se pidieron más profesionales, sino mayores incentivos pues desde hace veranos los contratos temporales que ofrece IB-Salut «no atraen a nadie de la Península», critican.

Los sindicatos recordaron que Balears es la única comunidad que no subirá el 2 % del sueldo de los funcionarios que aprobó el Gobierno central y de las pocas que no gratificará la labor hecha durante la pandemia con el llamado plus COVID de productividad, o al menos de momento.

El panorama para los ambulatorios a corto plazo, además, no se presenta halagüeño, «los próximos meses subirán las llamadas», auguran con la llegada de la gripe estacional.

Además de los 900 contrataciones anunciadas por el Govern este verano, el CSIF cuantifica en 800 o 900 más las plazas por cubrir para atender adecuadamente a la población en diferentes categorías. Lo que está claro, aseguran, es que lo que se ha hecho hasta ahora «no basta». «Yo mismo llamé 35 veces a mi centro hasta que me atendieron», explicó Vila.

Mientras cuatro sindicatos hablaban de unos profesionales sanitarios exhaustos y a las puertas de la huelga nacional de médicos anunciada para el 27 de octubre, la consellera de Salut, Patricia Gómez, defendía en el Parlament que se habían atendido las reclamaciones de las enfermeras embarazadas y presumía en las redes de un «Govern que se caracteriza por el diálogo y la paz social en los momentos más difíciles».