Hotel propiedad de KKR en la Isla. | Redacción Local

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La crisis derivada de la COVID-19 y que la temporada de verano ha durado menos de mes y medio, ha dejado a muchas pequeñas y medianas cadenas hoteleras de las Islas sin liquidez por falta de ingresos y en una situación contable muy delicada. Esta coyuntura ha provocado que los fondos de inversión extranjeros, según fuentes financieras, han decidido destinar unos 5.000 millones de euros para comprar todo tipo de activos turísticos propiedad de empresas mallorquinas en las Islas, Caribe, Península y el Mediterráneo.

«La situación es muy delicada a nivel contable en muchas cadenas hoteleras y se ven obligadas a vender establecimientos para no quebrar y poder seguir manteniendo su operatividad. Los precios los marcan ahora los fondos, que ven cómo se han depreciado los activos hasta un 60 % respecto hace solo un año», puntualizan representantes de fondos de inversión.

Operaciones

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La mayor parte de las operaciones de compraventa según las mismas fuentes financieras, se llevarán a cabo a finales de año y durante el primer trimestre de 2021. El motivo es que la falta de liquidez para afrontar la próxima temporada turística «hará que los precios bajen».

De todos los fondos de inversión que operan en estos momentos en las Islas, el grupo Blackstone, a través de su filial Hotel Investment Partners, es el más activo. Este grupo ha asignado una partida de 3.500 millones para comprar hoteles mallorquines en todos los destinos vacacionales. Se trata de una apuesta estratégica «porque es el momento adecuado para adquirir activos de cuatro y cinco estrellas reformados, bien posicionados y de fácil comercialización cuando pase la crisis del coronavirus», añaden.

El interés de fondos norteamericanos y europeos, principalmente británicos, es creciente porque quieren aprovechar la debilidad financiera y contable de muchas cadenas hoteleras, entre las que hay alguna de las grandes que optaron por reabrir establecimientos en julio esperando que la temporada se prolongará hasta finales de octubre. Sin embargo, la decisión del Gobierno británico de imponer una cuarentena desde el 25 de julio y la recomendación del Gobierno alemán de recomendar no viajar a Balears, que se produjo el 15 de agosto, distorsionó todas las previsiones de las empresas en cuanto a ingresos y en materia laboral.

Esta situación ha provocado la descapitalización de muchas cadenas hoteleras, que se ha agudizado en el último mes, de ahí el desembarco de los fondos de inversión para aprovecharse de esta situación.