Los militares dedicados a las labores de rastreo de contactos de positivos están recibiendo formación. | Jaume Morey

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Un operativo de cien militares se suma a las labores de rastreo de casos del Govern. La gran cantidad de nuevos casos diarios de coronavirus que se están detectando este mes de septiembre en Baleares ha hecho necesario pedir refuerzos en las labores de rastreo de contactos estrechos de positivos en COVID-19.

Con estos 100 efectivos que aporta el Ejército y que actualmente están formándose, la semana que viene Baleares tendrá a 340 efectivos ejerciendo esta labor. La ratio quedará así en un rastreador por cada tres mil personas.

Las autoridades sanitarias de Baleares recuerdan la importancia de hacer una detección de casos precoz y de confinarse a pesar de no tener los resultados de las pruebas diagnósticas que, en la mayor parte de los casos, se garantizan entre las 24 o 48 horas después de realizarse los test.

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Según ha informado el Ministerio de Defensa en un comunicado, la Secretaría General de Política de Defensa ha designado a la Comandancia General de Baleares como autoridad de coordinación para la implementación del apoyo de rastreadores COVID-19 en las Islas.

Tras las reuniones de coordinación con el director general del Servei de Salut, Juli Fuster y la directora de Asistencia Sanitaria, Maria Eugènia Carandell, se va a proceder a la adecuación de los militares a la plataforma digital autonómica.

Para ello, la Comandancia General de Baleares ha creado una Unidad de Vigilancia Epidemiológica, como célula de coordinación y enlace con el archipiélago, que dispone de tres secciones de vigilancia epidemiológica donde se integran un psicólogo, personal sanitario y personal militar con formación específica. De esta forma, en el rastreo participarán 88 militares del Ejército de Tierra, 11 del Ala 49 del Ejército del Aire y uno de la Estación Naval de Porto Pi, Armada.