Imagen de archivo del yate Somni. | Archivo UH

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Otro ‘somni’ truncado de la Familia Real en Mallorca. A la venta del Fortuna en 2014 que finalmente adquirió Balearia por 2,2 millones, se une ahora la de la Somni. Esta lancha pertenece a Josep Cusí, gran amigo del rey emérito, y ha sido la embarcación más utilizada por la Familia Real desde 2005 durante los veranos en Mallorca, sobre todo desde que se desprendieron en 2014 del Fortuna, adquirido por un grupo de empresarios de Baleares.

La Somni se encuentra a la venta por 295.000 euros y los interesados la pueden ver en los amarres de Port Balis (Barcelona). Draco Servicios Náuticos es la empresa que gestiona la operación. En la web ‘Cosas de barcos’ se oferta dicha embarcación y en las características ya ofrece algunas pistas de que se puede tratar de la Somni, como luego confirmó este diario: «Barco muy cuidado, en muy buen estado. Siempre capitán y marinero profesionales. Un solo propietario. Nunca chárter. Solo 3 meses al año en el agua. Listo para navegar».

La revista Vanitatis digital explicó este miércoles que la familia del Rey podía usar esta embarcación gracias a un contrato de cesión de sus propietarios, por el que no recibían nada a cambio.

La relación contractual ha terminado cuando, de forma unilateral, la Casa Real ha dado por finalizado el compromiso y ha restituido la propiedad a su dueño, que ha decidido venderla. Esta decisión se entiende como otro paso más en la ruptura de las relaciones entre el Rey y su padre.

La Somni ha dado jornadas de gloria a los medios gráficos ya que por ella han pasado, desde el año 2005, todos los miembros de la familia del rey Juan Carlos. Los momentos más proclives para estas reuniones se producían durante la disputa de la Copa del Rey de vela cuando competían el rey Juan Carlos y dos de sus hijos, Felipe y la infanta Cristina. Hubo algún año en el que coincidieron en su interior todos los nietos de los reyes eméritos, algo impensable ahora al haberse cortado todo contacto, al menos público, entre la princesa de Asturias y la infanta Sofía con algunos de sus primos.

Por su potencia, la Somni podía ‘plantarse’ en Cabrera en menos de una hora y de hecho era uno de los destinos favoritos, sobre todo por el hecho de contar allí con una zona en la que está prohibido que fondeen otras embarcaciones, lo que le otorgaba una privacidad absoluta.