La portavoz del Ejecutivo balear, Pilar Costa. | Redacción Local

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El Govern lo tiene claro y no va a haber marcha atrás en la resolución que ordena el cierre de dos calles de la Platja de Palma y otras tres en Magaluf para frenar el turismo de excesos. Así lo indicó este viernes la portavoz del Ejecutivo autonómico, Pilar Costa, quien aseguró que la decisión responde a una cuestión de salud pública y a la protección del interés general.

Tras las críticas de los empresarios de las zonas afectadas contra el Govern por no negociar la medida, Costa fue tajante: «Las puertas del Govern siempre están abiertas para hablar, pero no estamos ante una situación de normativa a negociar cuando se trata de salud pública». Asimismo, mostró su entendimiento y respeto por la decisión de estos empresarios de recurrir el cierre ante los tribunales.

La portavoz autonómica recordó que el Estado permite a las comunidades tomar las medidas necesarias para la salud pública en la nueva normalidad con el fin de poder controlar la pandemia. Insistió en que el cierre de las calles del turismo de borrachera se debe al hecho de que «se ponía en riesgo la salud del conjunto de la ciudadanía», una decisión que «hay que desligar» del debate de modelo turístico en estas zonas, «que seguirá vivo» más allá de la pandemia. En este sentido, apeló al decreto ley contra el turismo de excesos aprobado a principios de año, pero la inmediatez del cierre de calles se debe a frenar «actuaciones que ponen en peligro la salud de las personas».

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Preocupación

Reconoció que las imágenes de las calles ahora cerradas de la Platja de Palma y de Magaluf del pasado fin de semana generaron preocupación en el Govern, pero también al Gobierno alemán, «que se puso en contacto con el español para saber qué estaba pasando exactamente».

En cualquier caso, el cierre de calles decretado esta semana «no responde a exigencias de nadie» sino que se trata de «una decisión del Govern para preservar la salud de los ciudadanos de Baleares y también de nuestra economía». Para Costa, «la peor promoción turística» sería el aumento del número de contagios y recordó que el sector «avala» las medidas tomadas. Desde el Govern, tanto la presidenta Armengol como el conseller Iago Negueruela, han insistido en que un incremento desmesurado de contagios supondría en fin de la temporada.