La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, es la que propuso la candidatura de Carles Manera.

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Carles Manera, doctor en Historia por la UIB y doctor en Ciencias Económicas por la Universitat de Barcelona, es catedrático de Historia en la UIB. Fue conseller d’Hisenda (2007-2011) y desde julio de 2017 es presidente del CES-Balears. El Gobierno le nombró el martes consejero del Banco de España. Es el tercer balear que ocupa este cargo, tras Guillem López Casasnovas y Josep Lluís Sureda.

¿Un nuevo reto y desafío en su trayectoria profesional?
— Es un desafío en unos momentos muy delicados para la economía mundial. Tengo ganas de incorporarme y aportar mi experiencia. Mi designación, más en la actual coyuntura, se ha llevado con mucha cautela y fue a propuesta de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño. Tras salir publicado ayer mi nombramiento en el BOE, ahora solo espero mi incorporación. El cargo hará que tenga que dimitir como presidente del CES, pero no así de toda mi labor docente como catedrático. La oportunidad que se me presenta tiene un alto valor añadido y se que voy a aprender mucho.

¿Ha hablado ya con el gobernador del Banco de España?
— Ya he hablado con el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y me indicó que uno de los aspectos que más se valoró de mi candidatura fue mi amplia experiencia como historiador económico.

¿Considera que hay que subir los impuestos?
— Considero que hay que encarar una reforma fiscal para que la administración pública puede tener más recursos. Soy de los que opino que hay que llevar a cabo una política fiscal agresiva.

¿Qué es lo más urgente que hay que llevar a cabo a corto plazo en España?
— A nivel macroeconómico de país, en mi opinión, hay que incentivar y llevar a cabo un programa agresivo de inversiones con un claro objetivo de apostar por las energías renovables y todo lo que ello conlleva consigo en el mundo empresarial y productivo. El plan de inversiones tiene que tener el auxilio de la Unión Europea, porque ello es vital para poder salir de la actual crisis económica en la que nos encontramos.

¿Qué diferencias hay entre la crisis de 2008 y la actual?
— En la de 2008 el principal problema fue que se cerró el mercado del crédito a empresas y familias, lo que provocó un colapso. En la actual, propiciada por la COVID-19, el mercado crediticio está abierto y los bancos mundiales apuestan por la solvencia y dar liquidez al sistema financiero. A parte de esto, la de 2008 fue una crisis puramente económica, mientras que la de 2020 está generada por un problema vírico que provoca mucha incertidumbre. Esto, en economía, ocasiona una gran inseguridad a la hora de tomar cualquier tipo de decisión. Aquí, radica el verdadero problema que hay que atajar de forma decidida.

¿Apuesta por ampliar los avales ICO y la flexibilidad en los ERTE?
— Totalmente y este es la vía que ha elegido el Banco de España en estos momentos tan delicados. Hay que drenar y facilitar el dinero a las pequeñas y medianas empresas para evitar el colapso del consumo. La amenaza que subyace es que hay que propiciar que haya más inversión para que pueda haber más demanda. En economía tan malo es la deflación como una inflación disparada. Esto es lo que hay que solventar para crear confianza al sistema financiero y a todos los agentes sociales y económicos.

¿Estamos afrontando el peor momento económico en Balears?
— Es la peor crisis desde los años 60. La previsión de caída del PIB este año se situará entre el 15 y el 20 %, aunque los porcentajes varían según las instituciones. El verdadero problema se podrá visualizar a partir de este otoño e invierno. Hay que estar preparados para evitar el menor daño posible al sistema, a las empresas, al mundo laboral y a las familias. La situación es muy compleja y con muchas variables.

¿El CES Balears ha centrado sus últimos estudios en resaltar estos peligros latentes?
— Es cierto, porque el poder adquisitivo de las familias ha ido cayendo de forma progresiva, lo cual se ha constatado con nuestros informes. Aquí, tengo que apuntar que me causa una gran tristeza mi marcha del Consejo Económico Social (CES) de Balears, ya que es incompatible con mi actual cargo. Desde el primer momento aposté por relanzar el CES y estoy muy orgulloso de todo lo que se ha realizado, así como por el gran trabajo que hemos hecho todo el equipo e instituciones que lo conforman.

¿Volverá a ser el turismo el motor de la economía?
— El turismo seguirá siendo el motor de la economía en España y Balears. No comprendo la idea de que al turismo hay que arrinconarlo y buscar otros sectores. Sería un error demonizar el turismo, ya que se trata de un sector esencial para la economía. El turismo es todo y el sector terciario puede ayudar a diversificar el actual sistema productivo.