Como en otros muchos sectores, la actividad en los astilleros empezó a un ritmo lento, entre dudas y con problemas derivados de la falta de repuestos. | Redacción Local

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La vuelta al trabajo de los sectores no esenciales durante el estado de alarma no fue fácil. Las asociaciones empresariales de CAEB denunciaron muchas dudas legales y técnicas, así como falta de material de protección. Además, la situación no es normal en ningún caso y el nivel de actividad se ha reducido de forma considerable. La presidenta de la patronal, Carmen Planas, insistió en su defensa «de la reactivación cuanto antes la actividad de aquellas empresas y sectores capaces de satisfacer la demanda interna para evitar el colapso económico de Baleares, garantizando la salud de los trabajadores». Por este motivo, pidió «ayuda a las administraciones para asumir su responsabilidad a la hora de proveer los EPI específicos para paliar un problema de salud pública que no puede considerarse como un problema de riesgos laborales».

Fabricantes y empresas auxiliares de la construcción. Han iniciado su actividad funcionando con jornada reducida por las mañanas. No solo falta información sobre los EPI que deben llevar los trabajadores, sino que además no disponen de ellos. Se prevé una falta de suministros que les permitan trabajar (sobre todo hierro y cemento). Problemas con la maquinaria ya que, después de estar parada 15 días se ha podido resentir, siendo el precio de las piezas y de la reparación muy costoso.

Mueble y madera. Inseguridad jurídica, muchas dudas y consultas que las empresas del sector no tienen capacidad de resolver debido a la falta de información por parte de los gobiernos central y autonómico. Existen protocolos que las empresas no saben si son o no obligatorios y, en todo caso, no disponen de EPI suficientes. No pueden realizar montajes a particulares por lo que la producción se ve muy afectada. Los servicios de prevención de las empresas están desbordados y esto afecta a la dinámica de la actividad. Hacen horario continuo, aunque tienen dudas por la ambigüedad legislativa.

Automoción. El sector muestra desigualdades. Mientras los departamentos comerciales presentan muy poca actividad; los talleres, que esperan recuperar la normalidad de la actividad cuando todo pase, prevén registrar una disminución en torno al 30 % en el conjunto del año. Se espera que en 10 días puedan disponer de los EPI necesarios para su trabajo.

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Grandes yates. La actividad se inició al 30 % de su capacidad de producción. Las empresas tienen EPI suficientes, pero no disponen de repuestos. Autoritat Portuària aclaró muchas dudas a las empresas, a las que la Delegación del Gobierno no había dado respuesta.

Gasolineras. El sector tiene una orden ministerial que ha regulado los horarios. Las petroleras han suministrado 50 mascarillas para cada estación de servicio, pero no disponen de repuestos. Desamparo por parte de las administraciones por tener que adaptar las tiendas con pantallas de metacrilato y aplicar las medidas de seguridad a los trabajadores a cuenta de la empresa.

Instaladores eléctricos, climatización y telecomunicaciones. La actividad arrancó al 40 %. Ausencia de un protocolo de seguridad sanitaria y falta de EPI propios de esta pandemia. Las empresas cubren los inherentes a la propia actividad que el sector desarrolla.

Industrias de la carne. Desigualdad en el sector en función de si las empresas fabrican productos elaborados o si se dedican a suministrar carne fresca para los sectores de hostelería y restauración, cuya actividad sigue paralizada.

Por este motivo, algunas empresas se han acogido a un ERTE. Muchas empresas carecen de los EPI necesarios para el desarrollo de su actividad. Disponen de una ayuda de la Conselleria d’Agricultura para poder sacrificar animales debido a la sobreproducción, pero consideran que no será suficiente ya que solo cubre un coste que es muy inferior al de mercado.