El relato empieza hablando de que cuando volvió de Suiza no se encontraba bien y después de dos días de estar en casa mala decidió ir a Urgencias.

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La primera persona en recibir el alta hospitalaria en Ibiza tras contagiarse de coronavirus COVID-19 ha decido contar su historia a través de las redes sociales. Fue atendida en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, y el pasado jueves recibió el alta hospitalaria.

Empieza el relato hablando de que cuando volvió de Suiza no se encontraba bien y después de dos días de estar en casa mala decidió ir a Urgencias. Aquel día, cuenta, sus síntomas eran leves, pero aún así no se encontraba nada bien.

Una vez en el hospital, le atendió una enfermera muy amable que le dijo que se fuera a casa para hacer la cuarentena. Reconoce que estaba bastante escéptica por el virus pensando que se le iba a pasar y que era como una bronquitis mal curada.

Fueron pasando los días y sus síntomas aumentaron de una manera considerable. «Perdí el sabor y el olor de las cosas, los dos sentidos más importantes; tuve mucha fiebre; mi cuerpo parecía que paso por una centrífugadora. Tenía dolor en el abdomen y en todo el cuerpo. Los síntomas fueron realmente horribles», asegura.

Asimismo, en Urgencias le dijeron que tenía que llamar al 061 y ellos se encargarían de estar al tanto de su estado. Llamó al 061 varias veces y le dijeron que, tenga coronavirus o no, me quede en casa para no contagiar a los demás. Les contesté lo siguiente: «Me cuentro muy mal, no puedo más. Necesito ayudaK. Aún así, le dijeron que se quedara en casa con paracetamol.

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Empezó a dormir 18 horas al día para no sentir el dolor. Dormía mucho porque no tenía opciones hasta que llegaba el día siguiente y no podía respirar y su estado era muy malo. «Cogí el coche como pude para ir a Urgencias y me paró la Policía. Obviamente, no me dejaron circular aunque yo les dije que me sentía muy mal. Me tuve que volver a casa y llamar otra vez a 061», ha relatado.

Todos sus amigos y mi familia estaban muy preocupados porque cada día muere gente. «Aunque soy muy joven, mis síntomas eran muy malos y mi estado empeoraba de hora en hora», asegura. Empezó a llorar ante la profesional del 061, y le comentó todo lo que le pasaba y que llevaba un mes con neumonía, baja de defensas y que no podía estar más en casa con paracetamol. A lo que le contestó que tenía que ir a Urgencias inmediatamente.

Llegó a Urgencias de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Le atendió otra vez una enfermera muy amable, y en cuestión de media hora acabó en el box del hospital con todo el equipo haciéndole pruebas. «Fui ingresada aquella noche muy asustada, dolorida, sola. Pasé mucho miedo la verdad porque no sabía si tenía el virus o una neumonía normal. Pero estaba en el hospital», cuenta.

Al día siguiente fue a la habitación su ángel de la guarda, su salvadora: la doctora Montse Viñals, de la Policlínica Nuestra Señora del Rosario. Viñals le preguntó si quería un zumito de melocotón. Al momento, sentió paz y le dijo que sí quería el zumo. Asegura que Viñals fue muy sincera con ella, y le dijo que tenía neumonía causada por el virus y aunque el test tardaba 48 hora, ella sabía exactamente lo que pasada. Le dijo que no se preocupara por nada, que todo iba a salir bien.

Esta paciente agradece el buen trato por parte de la doctora Viñals y de todo el equipo del centro. «Todos han sido muy buenos profesionales. Me han dado tanto cariño y confianza en que todo va a ir bien que no tengo como agradecerselo. La labor que hacen es muy duro, parece que están vestidos como en una nave espacial: con doble mascarilla que no pueden ni respirar, por no hablar de las gafas de buceo que llevan que les salen ampollas debajo de los ojos. Bravo a todos por este gran esfuerzo. Ahora soy la primera paciente dada de alta en Ibiza. Gracias a todo el equipo de la clínica del Rosario y en especial a la doctora Montse Viñals, que ha sido como una mamá para mi ya que no pude tener a la mía a mi lado. Muchas gracias», agradece.

Asegura que cuenta su historia porque quiero que todo el mundo entienda que es grave y que uno piensa que no le tocará, pero sí toca y es muy rápido el virus, demasiado y muy doloroso. «Pero que sepáis que si yo pude salir de esa y recuperarme, aunque me quede un caminito todavía para curar mi neumonía que hace parte de mí, vosotros también podéis recuperaros. Confiar en que todo va a ir bien, confiar en nuestros médicos y enfermeros. Y gracias a mi mamá que cada día al teléfono me decía que ha pasado un día más, pero es que pronto podré bailar como a mi me gusta y nadar en el mar y pasear y reír como solo se yo reír Así que ánimo a todo el mundo. Si yo pude y puedo, tú también puedes», concluye.