Karima Benyaich es embajadora de Marruecos en España desde mediados de 2018. El próximo miércoles dará una conferencia en Palma invitada por el Club Ultima Hora. | Jose Sevilla

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Karima Benyaich (Tetuán, 1961) estudió en la Universidad de Montreal (Canadá) donde obtuvo un Master en Ciencias Económicas (Modalidad: Finanzas y Comercio Internacional). Es también titular de un Doctorado Honoris Causa en la Universidad Nova de Lisboa (Portugal). Los engranajes de la diplomacia no tienen ningún secreto para esta diplomática que, después de varias experiencias profesionales, ha desempeñado la mayor parte de su carrera en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación Internacional. Desde mediados de 2018 es embajadora de Marruecos en España, siendo la primera mujer de su país en ocupar este cargo estratégico en nuestro país. El próximo miércoles dará una conferencia en Palma invitada por el Club Ultima Hora.

¿Cómo califica en estos momentos las relaciones entre España y Marruecos?

—Hoy en día, nos podemos felicitar por las excelentes relaciones que unen el Reino de Marruecos con el Reino de España al nivel político, económico, cultural y social. Unas relaciones que están asentadas sobre bases muy sólidas, a saber, las excepcionales relaciones entre ambas casas reales y en particular en las orientaciones estratégicas, anheladas y promovidas por los reyes de Marruecos y España. Durante los últimos siete años España se ha convertido en el primer socio comercial de Marruecos, en el tercer país inversor en mi país y Marruecos es el segundo mercado de España fuera de la UE, detrás de Estados Unidos. Además, Marruecos es el principal aliado estratégico de España en el Mediterráneo.

¿Está dando sus frutos la colaboración hispano-marroquí en materia de inmigración?

—No cabe duda que la cooperación entre Marruecos y España es ejemplar en materia migratoria, como lo testimonia el número de visitas entre ambos ministerios de Interior. Debo destacar el trabajo conjunto que se lleva a cabo en términos de lucha contra las mafias de trafico de personas, así como las operaciones contra el narcotráfico y el terrorismo. Por otro lado, quisiera poner hincapié en los esfuerzos innegables de Marruecos que se ha convertido en un país de acogida y no solo de tránsito. Desde 2013, hemos regularizado más de 50.000 personas, procedentes en mayoría de países africanos hermanos.

¿Cómo ha crecido la economía marroquí en los últimos años?

—Gracias a su estabilidad política, a la relevancia de las reformas y el crecimiento económico sostenido, el PIB se ha triplicado en los últimos 20 años hasta alcanzar casi 120.000 millones de dólares.

¿Qué estrategia adopta su país para captar inversión extranjera?

—Marruecos se ha embarcado en una liberalización de su economía y la mejora y modernización de su marco jurídico, al hacer que los procedimientos sean más flexibles, al ofrecer una mejor protección a los operadores privados mediante la adopción de nuevas leyes destinadas a mejorar las condiciones de inversión (arbitraje, código del trabajo, competencia etc.). Hemos establecido incentivos en diferentes sectores para promover la inversión extranjera en el país, caso de la industria, agricultura o el turismo. Las empresas españolas y de Balears se pueden beneficiar de este marco legal.

¿Qué sectores productivos de Baleares se pueden beneficiar?

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—En mi opinión, varios sectores en Marruecos son de interés para las empresas de las Islas. Pienso, en particular, en la industria del turismo, de la construcción, de la agricultura, del transporte y logística y de la artesanía. Cabe señalar que, en la actualidad, las importaciones marroquíes de productos de Balears se refieren principalmente a productos agroalimentarios y frutas, productos manufacturados, de madera y barcos.

¿Qué impacto tiene el turismo en el PIB de su país?

—El sector turístico, que recibió casi 13 millones de turistas en 2019, es efectivamente un motor de crecimiento de la economía marroquí. Representa el 7 % del PIB nacional, generando 750.000 empleos directos y más de 2,5 millones de empleos indirectos. Contamos con la presencia de cadenas de Balears como Barceló, Riu, Meliá o Globalia.

¿Cómo analiza que la comunidad marroquí sea la más numerosa en las Islas?

—La comunidad marroquí residente en las Islas se remonta a varias décadas, la mayoría oriunda del norte y noreste de Marruecos. Más de 30.000 están registrado en el Consulado de Palma. A nuestro colectivo se le conoce por su seriedad y esfuerzo e integración en su tierra de acogida, para contribuir al desarrollo socio-económico de Balears, Enriquecemos la diversidad cultural en una tierra abierta, acogedora y hospitalaria. La comunidad marroquí es una oportunidad para el desarrollo económico de las Islas.

¿Cómo sobrellevó Marruecos todo el proceso de la ‘primavera árabe’?

—Gracias a la estabilidad política, seguridad jurídica y visión estratégica, Marruecos supo proteger el sector turístico que es de gran importancia y superar la ‘primavera árabe’. Considero que Marruecos ha podido adaptarse, ofreciendo un abanico de productos y se ha ganado la fidelidad de los turistas que, en cada viaje, pueden descubrir otra faceta de mi país.

¿Considera que deberían de potenciarse las relaciones entre Balears y Marruecos?

—Marruecos reúne una serie de condiciones como la cercanía geográfica, un clima favorable a la inversión, la evolución positiva de las cifras de visitantes, la puesta en marcha de diversos planes de desarrollo en varios sectores que son oportunidades a aprovechar por las empresas baleares para su crecimiento y expansión en mi país. Marruecos y Balears pueden convertirse en socios complementarios en materia de turismo.

¿Es su país un auténtico ‘hub’ de entrada en África para Europa?

—Marruecos no ha dejado de reafirmar su identidad africana Sur-Sur muy activa y ha colocado al continente en el centro de sus orientaciones estratégicas, aspirando al desarrollo sostenible del mismo. Somos una plataforma de expansión para las empresas españolas y de Balears, en concreto, en África. De hecho, somos el segundo país inversor en África, después de Sudáfrica.