Diputados de Vox, con carteles, tras los diputados de Més per Mallorca, que comparecían ante los medios tras abandonar el pleno del Parlament en protesta por la sentencia del procés. | Nekane Domblás

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La sentencia del Tribunal Supremo sobre el ‘procés’ se coló este martes en el pleno del Parlament, agravó las diferencias entre Més y el PSIB y dejó en un segundo plano del orden del día de la sesión. Además dio a Vox un gran protagonismo –llegó a pedir la ilegalización del grupo ecosoberanista– y reflejó el malestar socialista.

Cuando ya se habían cumplido tres horas del inicio de la sesión (y después de algunas referencias mínimas en el turno de preguntas al Govern), el portavoz parlamentario de Més per Mallorca, Miquel Ensenyat, aprovechó un turno de intervención para anunciar que su grupo no participaría en ningún debate y abandonaría el pleno. Més per Menorca no le secundó.

«Ayer (por este lunes) fue el Parlament de Catalunya, mañana quizás sea esta Cámara», dijo Ensenyat, para destacar también que la sentencia del Supremo era «el fracaso de la política» y reclamar la «amnistía de los causados y condenados injustamente». Además, añadió: «No se puede callar la voz de un pueblo».

Mientras Ensenyat y demás representantes de Més abandonaban el salón de sesiones (Fina Santiago y Miquel Mir, que forman parte del Govern a propuesta de Més ya se habían marchado después del turno de preguntas al Ejecutivo), los tres parlamentarios de Vox exhibieron carteles reclamando la aplicación en Catalunya del artículo 155 (suspensión de la autonomía) y del 116 (el que regula los estados de excepción y sitio).

Mientras Ensenyat, en nombre de su grupo ampliaba las razones de su marcha, los tres de Vox se colocaron detrás con sus carteles para ser captados por las cámaras que recogían sus valoraciones. Ensenyat mostró su incomodidad con la decisión que había mantenido el Ejecutivo pero dejó sin responder si eso les llevaría a abandonarlo. Lo que sí dijo es que, en este asunto, no se podía ser «equidistante».

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La presidenta Armengol –que vivió desde su escaño el abandono de Més per Mallorca– dijo a este diario que no haría declaraciones en nombre del Govern y que era el turno de los partidos.

Silvia Cano, portavoz del grupo parlamentario Socialista, afirmó que la actitud de Més per Mallorca le parecía «de una absoluta falta de respeto institucional»; que una de las iniciativas que se debatían después en el pleno era de todos los partidos del Pacte y que habían dejado la sesión mientras se debatía una del grupo Mixto, formado por Gent per Formentera y Més per Menorca.

Més lleva tiempo desmarcándose de algunas actuaciones del Govern. Lo que más dolió en el Consolat de Mar fue cuando el portavoz político de Més, Guillem Balboa, cuestionó la valoración de Pilar Costa sobre la sentencia asegurando que era la del PSIB y no la de todo el Ejecutivo balear. Y es que, según indicaron este martes a este diario, se pactó que la reacción del Govern sería en esos términos y que cada partido haría luego la suya.

Jorge Campos, de Vox (el partido que buscaba en el Tribunal Supremo una condena por rebelión, más dura que la de sedición) acusó a Més de trasladar a Baleares lo que ocurre en Catalunya y reclamó «medidas» para ilegalizar «partidos que no defienden la Constitución».

Dijo que se estaba refiriendo a Més, al que tildó de separatista. También pidió la dimisión de la vicepresidenta del Consell Bel Busquets por asistir a una de las concentraciones contra la sentencia.

El PP reprobará al senador Vicenç Vidal (Més) por solidarizarse con los «presos políticos».