María Lobo dará una conferencia el martes en Palma.

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María Lobo (Madrid, 1974) hace 16 años que se dedica de forma profesional al coaching y más concretamente al coaching cuántico. Sin embargo, su pasión por este campo empezó mucho antes y siempre se interesó por esta disciplina y especialmente por la física mientras dirigía su propia clínica de podología quirúrgica. El próximo martes 9 de abril impartirá una conferencia en el teatro Catalina Valls de Palma titulada Poder femenino: la mujer sin miedo a partir de las 19:30 horas.

¿Qué es el coaching cuántico?
— Es una resignificación del coaching, porque, según evoluciona, la humanidad va demandando que se actualicen cosas que antes eran funcionales y ya no. El coaching cuántico apunta al núcleo, a actuar desde lo más profundo de uno mismo. No es más que poner el alma en lo que haces y actuar desde el interior y no desde el interés.

¿Qué la llevó hasta ahí?
— Siempre me ha interesado la física cuántica y en mis vacaciones viajaba a Washington a estudiar en escuelas de verano. También me formé en neurociencia, muy relacionada con el coaching porque estudias el funcionamiento del cerebro, el sistema nervioso. Todos esos conocimientos, más mi afición por las antiguas sabidurías, me llevó a percatarme de que todos hablaban de lo mismo. Cuando llegué al coaching, descubrí que es una disciplina muy motivadora pero me di cuenta de que le faltaba una acción desde lo profundo. Entonces hice una fusión de todos esos conocimientos para estructurar el coaching cuántico.

En caso de que una persona opte por introducirse en una disciplina, el cambio no debe producirse de un día para otro...
— Para nada. El autoengaño en que muchas ocasiones estamos inmersos es muy inconsciente, de modo que poder actuar desde lo más profundo de uno mismo requiere de una profundización que te invita a decir la verdad y poder ofrecer una solución a lo que uno quiere de verdad. El coaching cuántico apunta a la genuidad.

Usted abrió la primera Escuela Internacional de coaching cuántico en España, ¿Hay mucho interés por esta disciplina?
— La verdad es que sí. En muchas ocasiones no es por una decisión consciente sino que hay gente que se interesa porque otras cosas de la vida no le funcionan y acude a este coaching. Entonces, empieza el proceso de verdad. No es rápido, es un proceso de construcción para conseguir una personalidad cada vez más sólida, íntegra.

¿Qué la llevó a dar el paso para ejercer el coaching cuántico de una forma profesional y dejar la Podología?
— Para mí era muy apasionante a nivel personal. Siempre lo hice por mí y era tan impresionante el cambio que experimenté que quise llegar a más gente. Del mismo modo que en su día monté la clínica, decidí impulsar este proyecto. En 2016 abrí la Escuela de Coaching Cuántico en Madrid y es la única que hay a nivel internacional. En ella formamos a personas interesadas en esta especialidad.

Ahora tiene previsto abrir una escuela en Palma.
— Sí. La conferencia del martes será un acto de presentación ya que empezamos la formación en la Isla el día 5 de mayo. Serán cursos trimestrales con formación un domingo al mes.

La escuela de Palma es de mujeres líderes, ¿Por qué apela a este poder femenino?
— La mujer tiene una virtud y es que contempla más posibilidades y opciones que el hombre ante cualquier situación, en términos generales. Sin embargo, esto provoca que pueda perderse lo que realmente quiere. Al ser más emocional, en ocasiones entran en juego la culpa y la duda, pero también puede llegar a una opción más íntegra. La mujer tiene un potencial muy grande.

Cada vez hay más gente que acude a un coach o a algún tipo de terapia, ¿Se busca un resultado inmediato?
— Se tiende a querer un resultado ya, de ahí esta ansiedad que se genera. Por contra, para que algo funcione se requiere integridad, ir al núcleo, conocerse a uno mismo. Hay que buscar un estado de paz mental.

¿Cree que hace falta iniciar procesos de este tipo en una sociedad como la actual en la que prima la inmediatez en todo?
— Creo que hace falta a aquella persona que quiera vivir desde un estado de tranquilidad, de aprovechar el momento presente.

¿Vivimos en una sociedad con un exceso de presión para cumplir con determinados preceptos estéticos, laborales y familiares, entre otros?
— Bueno, la verdad es que cuanto menos autoreferencia tenga uno mismo, más va a depender de los preceptos sociales. Por eso, considero que es muy importante tener voz propia y de ahí que defienda la importancia de conocerse a uno mismo. Una frase que me gusta mucho es la que hace referencia a que el genio lo es porque se atreve a pensar por si mismo.