Antònia Ferrer, entre sus hijos, Juan y Gabriel Pallarés, frente al comercio, que llevaba abierto desde 1973. | Pilar Pellicer

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Palma se queda sin otro comercio con solera. J. Pallarés, que llevaba instalado desde 1973 en el número 22 de Avenida Argentina, ha bajado la persiana.

Este negocio ha sido una referencia en el mundo de los regalos y también era el Santa Sanctorum de los fumadores de pipa. De hecho, en la primera planta, se situó durante muchos años el primer Pipa Club de España, que se mantuvo abierto hasta 1986.

Calidad ha sido siempre el distintivo de las piezas que se vendían en sus pobladas vitrinas, este jueves ya prácticamente vacías. «En los buenos tiempos íbamos a las ferias de España y a las de Europa para comprar los mejores productos: ajedreces con las piezas talladas a mano, artículos de la firma Marshall y muebles de maderas nobles de todas las formas y tamaños, que ya no casan con los tiempos actuales», explica Antònia Ferrer, viuda del fundador, Juan Pallarés, fallecido hace poco más de un año. «Cerramos porque se ha producido un cambio de costumbres en la gente, tanto en lo relacionado con el tabaco como en el estilo de decoración de las casas. Lo minimalista e Ikea son los ‘culpables’», añade Gabriel Pallarés, que junto a su hermano Juan se han encargado en estos últimos años del negocio familiar.

En las abundantes cajas de cartón donde se almacenan los últimos objetos se pueden leer palabras como ‘cristal’, ‘porcelana’, ‘náutica’ o ‘tetera’, que dan una idea del género vendido durante más de nueve lustros.

«Yo ya hace años que no trabajo y he venido hoy a ayudar un poco, pero sí que da un poco de pena que esto desaparezca», comenta Antònia Ferrer.

La firma Pallarés tuvo tanto éxito que llegó a tener otros cuatro comercios, además del de Palma, en Peguera, Porto Pí, Alcampo y Manacor.

El local, que cuenta con una superficie total de 270 metros, de los que 170 son de tienda y el resto de despachos y almacén, se convertirá en breve en un comercio de franquicia de sofás.