Para intentar dar respuesta a este dilema, el Col·legi d’Administradors de Finques de les Illes Balears celebró este jueves una jornada sobre los aspectos legales y de convivencia entre humanos y animales en comunidades de propietarios. El acto contó con unos 75 asistentes, que en su mayoría eran administradores de fincas o veterinarios. Los ponentes fueron el president del Colegio de Veterinarios de les Illes Balears (COVIB), Ramon García; el etólogo Tomàs Camps; el director del Centre Sanitari Municipal de Son Reus, Pedro Morell; y el abogado Sebastià Romaguera.
Ramón, García, de COVIB, explicó que «la jornada se planteó en varios puntos: lo primero que se hizo fue un repaso al tema normativo, cosas básicas a las que los administradores se pueden aferrar cuando tienen problemas, les dimos claves de identificación de los problemas, hablando también del caso de los perros de raza potencialmente peligrosa, para que tengan claro cuál es el área de actuación».
Por su parte, Tomás Camps habló de los problemas de comportamiento de los animales. Confirmó que los problemas más comunes son «los lloros, ladridos y eliminaciones, pipís y cacas en zonas comunes, además de agresividad». Se centró en explicar que «todos los problemas de conductas muchas veces son normales» y aseguró que los problemas de conducta son como cualquier problema médico: un síntoma.
El responsable de Son Reus, Pedro Morell, explicó la parte que concierne a los animales callejeros y las plagas. Aseguró que reciben muchas llamadas por plagas tradicionales como cucarachas, ratas y mosquitos, y que «la población no acepta que se mate a los animales, así que hay que buscar un equilibrio, sobre todo en cuanto a los gatos».
Sebastià Romaguera, por su parte, hizo énfasis en las obligaciones que tienen los propietarios de animales con relación a la comunidad de propietarios. Como abogado, explicó que «nos llegan reclamaciones pero cada vez hay menos, porque los propietarios están cada vez más concienciados sobre las conductas que tienen que adoptar con respecto a sus mascotas».
La jornada concluyó cerca de las cinco de la tarde, tras un turno de preguntas.
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Los dueños de perros deben recoger los excrementos e impedir que orinen en las fachadas y esquinas, que lo dejan todo sucio, o echar una botellita de agua sobre los orines. Esto lo he visto yo en otras ciudades.
Las mascotas también tienen derecho a votar. Primero al presidente de la comunidad y luego, por ende, al presidente del gobierno. Si es que el mundo no tiene arreglo ya que los más locos son los que más presionan en sus cruzadas particulares para cambiar las cosas y la pasividad de los cuerdos nos lleva a estas aberraciones.