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La Fundació Miró de Barcelona ha alertado este miércoles de que atraviesa una «situación económica muy delicada» debido a la caída de visitantes, la menor demanda de exposiciones itinerantes de Joan Miró y el déficit acumulado, ha explicado en rueda de prensa el director de la fundación, Marko Daniel.

Sobre la caída de visitantes ha dicho que ha sido progresiva durante los últimos ocho años, y que ésta ha «afectado directamente a los ingresos» de la fundación, ya que un 80% de sus fondos son propios y proceden de la venta de entradas y de la tienda.

Concretamente, los visitantes han pasado de 583.883 en 2011 a 352.903 en 2018, con una caída «importante» de visitantes en 2017 respecto al año anterior de 45.299 personas.

A propósito de las exposiciones itinerantes de Joan Miró, que han sido una gran fuente de ingresos tradicionalmente ayudando a equilibrar el presupuesto, se ha reducido drásticamente, pasando de cinco exposiciones en 2014 a ninguna en 2018.

«Las exposiciones itinerantes hay que buscarlas y trabajarlas», ha dicho el director de la fundación, que ha asegurado que cuesta mucho trabajo conseguirlas, pero no por ello hay que dejarlas al margen.

Ha reivindicado: «Tenemos una colección magnífica y hay mucho interés en el artista en todo el mundo, pero para producir una buena itinerante hay que trabajar como las exposiciones en la sala».

También ha destacado las aportaciones extraordinarias recibidas, que han permitido «corregir el déficit coyuntural, que no estructural": en 2018, el déficit fue de 655.000 euros, y se pudo reducir a 290.000 por una aportación del Ayuntamiento de Barcelona de 365.000 euros.

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Hasta la fecha actual, el déficit acumulado de la fundación es de 458.575 euros, ante el que se está haciendo un estudio exhaustivo y una auditoría para redirigir la situación e «implementar un cambio institucional».

DESPIDOS: LA «ÚLTIMA ACCIÓN»

«La decisión de despedir a siete personas y no renovar a una octava ha sido la última de las acciones previstas, aprobada por el patronato y con asesores externos», ha dicho Daniel, sobre una plantilla total de unas 65 personas.

Ha esgrimido que esta medida ha sido «totalmente excepcional y condicionada por el momento financiero», que requería actuar con urgencia y enfrentar una posibilidad mucho peor.

Ha asegurado que no habrá nuevos despidos: «Ésta es una fase que ha terminado», y ha subrayado que esta medida ha sido la última, la más dolorosa y la más difícil solución, pero que contribuye a equilibrar el presupuesto.

Estos despidos están integrados en un plan de viabilidad, que incluye nuevos proyectos de itinerancia de exposiciones, la reducción del gasto de infraestructura equilibrando el presupuesto anual --de 7,5 millones--, el cambio de horarios para la «máxima comodidad de los visitantes», y la subida de la entrada general de 12 a 13 euros, entre otras.

«El objetivo y el compromiso es equilibrar el balance económico de la fundación», ha dicho Daniel, que ha rechazado que se pueda usar el fondo reservado por Joan Miró para situaciones complejas porque no es posible hacerlo para situaciones de déficit.

Ha dicho que en Barcelona ha habido un cambio generacional del modelo turístico, que ha afectado a diversas instituciones, especialmente desde 2017: «No somos los únicos que nos vemos en una situación difícil en el mundo de la cultura y de los museos».
En cuanto a decisiones concretas, ha dicho que su trabajo es pensar en el futuro y cómo salir de esta situación «tan difícil», donde cuentan con un plan de rescate para poder enfrentar el futuro, especialmente el 50 aniversario de la fundación en 2025.
Para esa fecha, espera haber dejado atrás «contundentemente» esta situación económica y poder celebrar este regalo de Joan Miró a la ciudad de Barcelona.