Jordi San José y Roger Badia, este lunes en el CaixaForum, antes de dirigirse a los estudiantes. | Jaume Morey

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CaixaFòrum de Palma reunió este lunes a más de un centenar de alumnos de ESO y Bachillerato en una sesión divulgativa sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y su consecuencia en forma de enfermedad: el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). La sesión sirvió, de manera activa, para evaluar el grado de conocimiento sobre la infección y el nivel de tolerancia de los alumnos hacia las personas seropositivas.

Esta iniciativa de divulgación, impulsada por el Institut de Recerca de la Sida (IrsiCaixa) y la Obra Social La Caixa, ya ha llegado a 8.500 alumnos de Catalunya, Madrid, Aragón y Andalucía, y este lunes se desarrolló en Baleares por primera vez.

La exposición y charla con los jóvenes corrió a cargo de Roger Badia, biólogo investigador del IrsiCaixa, y Jordi San José, arquitector y diseñador gráfico, y seropositivo indetectable, es decir, gracias a la medicación, tiene una carga viral baja y no puede transmitir el virus.

Prácticas de riesgo

Jordi San José, seropositivo desde 2012, detalló su experiencia, reconociendo que se equivocó al realizar prácticas sexuales de riesgo y estar dos años sin hacerse la prueba: «Sé que transmití el virus a otras personas, es una de las cosas que más me duelen. Yo era una persona muy desinformada».

Sin embargo, San José puede llevar ahora una vida normal: «Con tres meses de medicación, ya era un seropositivo indetectable, con una baja carga viral».

Trabajando en Estados Unidos y tras un tiempo de renuncia al sexo, San José se enamoró: «A los pocos días de decirle a mi pareja que era seropositivo, me pidió matrimonio. Por contra, cuando se lo dije a mi familia, creían que me moría y mi madre no paraba de llorar». San José subrayó que «existe una sensación de que ya no hay peligro. La decisión del sexo sin protección no puede basarse en un ‘por una vez no pasa nada'».

Mecanismos

El investigador Roger Badia explicó qué son el VIH y el sida, cuáles son los mecanismos de transmisión del virus y de destrucción del sistema inmunitario, la historia de la enfermedad, cómo evaluar el grado de riesgo de infección y la situación actual en cuanto a fármacos y tratamientos.

Badia señaló que, «actualmente, 37 millones de personas están infectadas en todo el mundo y un millón de personas muere cada año por esta causa. Del total de infectados, más de 25 millones viven en África. En Baleares, desde 2003 se han detectado 2.484 casos nuevos, con 13 personas infectadas cada mes. En España, se diagnostican 10 nuevos cada día, pero hay que decir que una de cada cuatro personas infectadas no lo sabe». El biólogo incidió en que «la mejor medida contra el virus es la prevención, pues los niveles de contagio son iguales que hace 30 años».

Badia pidió a los estudiantes que respondieran sobre qué acciones consideran que pueden presentar un nivel de riesgo. Así, compartir jeringuillas, el cepillo de dientes o la máquina de afeitar sí puede ser un riesgo por la posibilidad de poner en contacto heridas sangrantes, por diminutas que sean. Sin embargo, compartir un vaso, una taza o una cuchara no supone un riesgo. Aunque un estudiante indicó que «no abrazaría o besaría en la mejilla a un seropositivo», Badia precisó que esas acciones no conllevan ningún riesgo. Sí hay que cambiar las agujas en cada nuevo tatuaje, no es suficiente con limpiarlas con alcohol. Igualmente, es una práctica de riesgo el sexo oral sin protección. La transmisión del virus puede ser sexual, sanguínea o madre-hijo durante el parto.

A preguntas de una estudiante, Badia precisó que «con el sudor no hay contagio». El investigador incidió en que, en el sexo con un desconocido o una pareja reciente, «es mucho mejor la prevención que la confianza hacia la otra persona» y que no hay ninguna obligación de que los seropositivos expliquen su situación en su entorno: «El VIH no discrimina, no tiene sentido que lo hagamos nosotros».