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Atención Primaria de Mallorca ha presentado este miércoles su Plan Estratégico de Seguridad del Paciente 2019-2023, cuyo objetivo es prevenir los incidentes que puedan producir un daño involuntario a un paciente, como que le dispensen un medicamento del que es alérgico.

En un comunicado, la Conselleria de Salud señala que este plan supone un avance «muy importante» y es una «estrategia prioritaria» para la sanidad en la Atención Primaria.
En la práctica diaria se producen incidentes relacionados con la seguridad del paciente que a veces le pueden generar un daño.

La conselleria afirma que la práctica sanitaria en Atención Primaria es «razonablemente segura» con una frecuencia baja de incidentes, la mayoría leves. Sin embargo, los que se producen son evitables en un 70 % de los casos si se trabaja en la mejora de la seguridad del paciente y en la gestión de riesgos.

Como ejemplo, el sistema de receta electrónica puede avisar al prescriptor de penicilina que esta medicación es incompatible con el paciente. La consellera de Salud, Patricia Gómez, ha asistido este miércoles a la presentación de este plan estratégico en el centro Flassaders de Palma, acompañada por el director general del Servicio de Salud, Juli Fuster; la subdirectora de Atención Primaria y Atención a las Urgencias Extrahospitalarias, Rosa Duro; y el gerente de Atención Primaria de Mallorca, Miquel Caldentey.

El concepto de seguridad del paciente parte de la aceptación que los profesionales se pueden equivocar, por lo que es necesario aprender de los errores y establecer mecanismos para que no se vuelvan a producir. Con una buena gestión se pueden evitar situaciones como recetar antibióticos en infecciones víricas o confusiones a la hora de tomar la medicación cuando se trata de pacientes con más de una enfermedad crónica y polimedicados. Se trata de reducir el riesgo hasta un mínimo aceptable.

El principal objetivo del plan estratégico es prevenir y minimizar los errores y los incidentes derivados de la actividad sanitaria. El plan cuenta con nueve líneas estratégicas, como difundir la cultura de seguridad del paciente en toda la organización; identificar, analizar y planificar los riesgos potenciales; establecer una buena comunicación entre profesionales y pacientes en clave de seguridad, y mejorar la comunicación y la coordinación entre los diferentes niveles asistenciales.