Jaume Santandreu está al frente de Can Gazà. | Click

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La nave que Can Gazà tiene en el polígono de Can Valero y que destina a la venta de productos usados, Marginàlia, está atravesando serias dificultades económicas y ha obligado a iniciar una campaña para recaudar fondos que garanticen su continuidad.

«El alquiler de la nave en el polígono de Can Valero nos cuesta 4.000 euros cada mes», explicó este viernes Jaume Santandreu, responsable del centro de Can Gazà, al tiempo que añadía que «los ingresos no alcanzan; sobrevivimos gracias a las ayudas que nos dan los amigos».

En opinión de Santandreu, la razón de esta situación deriva de que «los ingresos no alcanzan porque no se vende gran cosa. Hay demasiada competencia, muchos mercadillos que venden lo mismo que nosotros y te da la impresión como si el mar se hubiera ido y donde antes había agua ahora no hay nada».

Santandreu pone especial énfasis en las consecuencias que tendría el cierre de Marginàlia.

Así, explica que «allí trabajan personas sin recursos, personas a quienes la vida no les ha tratado muy bien y que en aquellas instalaciones encuentran la mejor terapia».

Además del descenso en las ventas, Jaume Santandreu señala que «el trabajo que hacen les llena de ilusión pero es un trabajo que no cunde. No se vende, pero tampoco viene la gente para que les reparemos tal o cual mueble como sucedía antes, que es en lo que estaban especializados. No hay que olvidar que de las ventas y la restauración vive Can Gazà».

Las aportaciones pueden hacerse en la cuenta Tallers de CaixaBank ES81 2100 1406 1402 0009 0834.