Imagen de la última campaña de rebajas en Palma. | Teresa Ayuga

TW
1

El pleno del Parlament ha aprobado este martes por 51 votos a favor, uno en contra y dos abstenciones la toma en consideración para que se debata la modificación de la ley de ordenación del comercio minorista para regular si se vuelve o no a las dos temporadas de rebajas anuales; una a principio de año y otra en el periodo estival de vacaciones.

El diputado de El PI, Josep Melià, que ha presentado y defendido esta proposición, ha pedido que se «recuperen los periodos de rebajas tradicionales» ya que con desde que se liberalizaron --en 2012-- «no se ha incrementado el consumo» y el consumidor «está desorientado».

El portavoz de Podemos, Alberto Jarabo, también se ha mostrado a favor de la vuelta a las rebajas tradicionales porque la legislación actual «no ha funcionado» y ha servido para que se cometieran «más irregularidades».

El diputado del PP Santiago Tadeo se ha mostrado a favor del debate aunque ha dicho que el sector comercial ha cambiado mucho. «Creo que no se puede decir que el cliente está confuso porque el debate es mucho más amplio», ha señalado para después añadir que la regularización «es una reclamación del sector pero tampoco lo ven como la panacea».
La portavoz adjunta de MÉS per Mallorca, Joana Aina Campomar, se ha mostrado a favor del debate y ha censurado el «modelo de extrema derecha» del PP que apoyó Ses Fontanelles donde se planea construir un gran centro comercial, un tipo de infraestructura que, tal como ha censurado la ecosoberanista, «daña» al pequeño comercio.
El diputado del PSIB, Enric Casanova, ha manifestado su «apuesta firme» por el pequeño comercio y para esto considera «imprescindible volver a regular las rebajas».

El portavoz de Cs, Xavier Pericay, se ha abstenido en la votación porque aunque está a favor del debate, cree que hay que saber «qué quieren los consumidores». Asimismo, ha defendido que los comerciantes puedan «modular sus precios», según la oferta y la demanda.

En concreto, la propuesta de El PI pide que las rebajas solo tengan lugar como tal en dos temporadas anuales; una a principios de año, y la otra, en torno al período estival de vacaciones.

Además, establece que la duración de las rebajas sea como mínimo de una semana y como máximo de dos meses, de acuerdo con la decisión de cada comerciante, «dentro de las fechas concretas y el régimen jurídico que fijarán las comunidades autónomas competentes».