Turistas en la playa de Palmanova, zona que el año pasado sufrió un brote de legionela. | M. À. Cañellas

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El Servei d’Epidemiologia de la Direcció General de Salut Pública ha registrado, de enero a julio de este año, un total de 32 casos de legionela en las Islas y, en lo que va de año, los inspectores de Salut Ambiental han realizado 134 inspecciones, recogido 511 muestras, de la que un 11 % han dado positivo.

La legionela es una bacteria que vive libre en el ambiente y está presente en los hábitats que tienen agua como las torres de refrigeración, duchas, hidromasajes e instalaciones que generen aerosóles.

Así lo explica Mercedes Gumá, responsable del Programa de Control de la Legionela de la Direcció General de Salut Pública, recordando que la transmisión de la infección se realiza por vía aérea mediante la inhalación de aerosoles o gotitas respirables que contienen la bacteria y también se puede contagiar por microaspiración de agua contaminada.

El mayor control se lleva a cabo en hospitales, residencias, colegios, y en los establecimientos en los que, con anterioridad, se haya podido producir algún brote.

El responsable del Servei d’Epidemiologia, Antoni Nicolau, explica que «este año parece haber menos casos de legionela». De hecho, en 2017 se registraron 112 casos, 27 de ellos en el brote detectado en los jacuzzis exteriores de un hotel de Palmanova (Calvià).