La presentación del estudio casi llenó el salón de actos de la Cambra de Comerç, con una amplia mayoría entre los asistentes de aficionados y profesionales del sector náutico, que están pendientes del decreto del Govern sobre la posidonia. | Joan Torres

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Los vertidos de aguas residuales -bien a través de emisarios submarinos o en la costa- y las plantas desalinizadoras son las principales amenazas de las praderas de posidonia en el Mar Balear, según un estudio elaborado por la consultoría ambiental Tecnoambiente.

En este sentido, el asesor jurídico de la Asociación de Navegantes del Mediterráneo, Gabriel Morell, ha rechazado este martes, durante la presentación del informe en la Cámara de Comercio de Mallorca, el proyecto de decreto sobre la protección de la posidonia que está tramitando la Conselleria de Medio Ambiente, por ser un decreto «generalista e inconcreto».

De este modo, Morell ha considerado que dicho decreto «criminaliza» al sector náutico y ha defendido que «los responsables que dañan la posidonia no son solo los fondeos, sino muchas otras circunstancias».
El asesor jurídico ha exigido al Govern que «paralice» el decreto y que haga «los estudios necesarios», ya que el único estudio «fundamental que muestra quien realmente daña la planta es el que se ha presentado este martes», ha opinado.

Por ello, Morell ha manifestado que Medio Ambiente debería «elaborar un inventario de impactos existentes y planificar las actuaciones para disminuirlos» y, posteriormente, «redactar el decreto y los procedimientos de autorización de usos en los distintos tipos de espacios».

104 CONDUCCIONES DE VERTIDO AL MAR

Asimismo, en Baleares se ha estimado una ocupación del fondo marino por las pradera de posidonia oceánica de unos 930 kilómetros cuadrados, unas zonas que se han visto amenazadas por los 104 conducciones de vertido al mar, según ha explicado el autor del estudio, Joan Ramon.

En esta línea, el informe ha mostrado que 47 de estas conducciones están sobre praderas de posidonia y muchos no están aún legalizados. De este modo, los tres emisarios situados en la bahía de Palma pueden haber afectado a un total de 6.000.000 metros cuadrados de superficie de fanerógamas marinas, un 0,64 por ciento de la pradera de posidonia existente en Baleares.

Además, otra de las amenazas son las seis plantas desalinizadoras que vierten más de 15.000.000 metros cúbicos al año de agua hipersalina. Así, este tipo de agua puede desplazarse por el fondo, impactando de forma severa sobre los ecosistemas más sensibles.

En relación a los fondeos, Vidal ha estimado que se realizan unos 26.712 fondeos anuales sobre posidonia. Por ello, han presentado los «fondeos ecológicos» como alternativa, que consisten en instalar fondeos permanentes en manchas de ares de pequeñas dimensiones con un impacto ambiental bajo.

Por su parte, desde el sector del alquiler de embarcaciones han reconocido que «tienen un impacto», pero que este es «del uno por ciento del total de la posidonia». «Cuando fondeamos, lo hacemos siempre en el mismo sitio, no es un uno por ciento que se va sumando. Tenemos emisarios y desaladoras que no vierten agua depurada, esto es más dañino que lo que hace nuestra actividad», ha manifestado el presidente del sector chárter de la la Asociación Provincial de Empresarios de Actividades Marítimas Baleares (Apeam), José María Jiménez.

Por último, Jiménez ha destacado la necesidad de crear una «cartografía que marque en qué zonas se puede fondear», por lo que ha compartido la idea de crear una aplicación para dispositivos móviles que sea «clara» y que «marque las zonas fondeo, dando seguridad al navegante».