Jaume Matas, en el banquillo de los acusados. | Teresa Ayuga

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El expresidente del Govern balear Jaume Matas decidió contratar a Santiago Calatrava porque le creía «el único» arquitecto «de prestigio» capaz de «reordenar la bahía de Palma», que era el propósito del proyecto que incluía el diseño de un palacio de la ópera por el que cobró 1,2 millones de euros.

Esta es la única responsabilidad que ha asumido el exministro de Medio Ambiente en la primera jornada del juicio por tráfico de influencias iniciado este martes en la Audiencia de Palma, en el que se enfrenta a una solicitud de condena de la Fiscalía de 1 año y 3 meses de prisión.

Matas ha asegurado, a preguntas de la fiscal, Laura Pellón, que desconoce todos los detalles del proceso de contratación que se siguió para encargar en 2007 por designación directa al arquitecto valenciano un proyecto del que no se derivó ninguna ejecución práctica porque el expresidente balear fue desbancado del Govern en las elecciones.

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Como en otros procesos del caso Palma Arena en los que ha resultado condenado, el antiguo líder del PP ha mantenido que se limitó a dar las órdenes para que se contratara a Calatrava, pero desconocía detalles como la entidad pública que asumiría la contratación, el precio y los plazos.

Este martes ha sostenido que el arquitecto valenciano era la única elección posible para su objetivo por tener también la condición de ingeniero y por ser «alguien que es capaz de poner el nombre de la ciudad de Palma en todo el mundo» con un edificio emblemático y una reorganización de «toda la primera línea de la bahía».

Matas ha defendido el valor del anteproyecto diseñado por Calatrava, cuya «propiedad intelectual» compró la Comunidad Autónoma, que lo podría llevar a cabo «hoy».