Operación llegada en la terminal portuaria con motivo de las fiestas de San Juan en Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

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Siete días, ocho noches. «Con el vuelo, la casa y los gastos, me cuesta 300 euros», explica Noelia Marzal, de 17 años, y recién llegada desde Barcelona con un grupo de nueve amigas. Acaban de finalizar segundo de bachillerato y han elegido Menorca, en detrimento de Mallorca, como destino del viaje de fin de curso. Los padres de Noelia conocen bien la isla y también sobre ella le han hablado muy bien sus amigos. Cuando se le pregunta qué sabe de la fiesta, cita rápidamente a los caballos «y algo que tiene que ver con las avellanas». Eso sí, Noelia y sus compañeras vienen advertidas de que algunas partes de la fiesta «pueden ser peligrosas».

Joven, entre 17 y 21 años, buscando la sombra nada más pisar Ciutadella y que pregunta por cuál es el supermercado más próximo. Ese podría ser el perfil de muchos de los cientos de personas que este jueves llegaron a la ciudad para disfrutar de San Juan hasta el próximo el domingo.