Sede en Palma del Banco Popular, que está ubicado en la Plaça d’Espanya. | M. À. Cañellas

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La compra del Banco Popular por el Banco Santander convertirá a la entidad que preside Ana Patricia Botín en el tercer banco de referencia en las Islas, detrás de Caixabank y BMN-Sa Nostra.

La operación, que pilló ayer de sorpresa a todo el sistema bancario balear, representa una vuelta de tuerca más en el proceso de fusión en el que se encuentra inmerso el sistema bancario español, que tiene en Balears como principales protagonistas a Bankia y BMN-Sa Nostra.

Volumen de negocio
El Banco Popular cuenta en estos momentos en las Islas con 75 sucursales, unos 300 empleados y una cuota de mercado del 5,33 %. En las Islas la entidad tiene 95.000 clientes, de los cuales 21.000 son pequeñas y medianas empresas (pymes), autónomos y comercios.

Esta cartera comercial pasará íntegramente al Banco Santander, que tiene en la actualidad 71 oficinas, 300 empleados y una cuota de mercado cercana al 7 % en la región balear. Con esta operación, el Santander pasará a tener 146 oficinas, superando el 14 % en cuanto a presencia bancaria en las Islas.

La primera entidad en las Islas es el grupo Caixabank, que dispone de una red de 192 oficinas, 929 empleados y controla una cuota de mercado del orden del 39,11 en cuanto a clientes en las Islas.

El grupo BMN-Sa Nostra se encuentra en segundo lugar y dispone de una red de 170 oficinas, unos 1.000 empleados y contabiliza el 25 % de todo el sistema bancario balear.

El reposicionamiento que se registrará a partir de ahora abre un amplio abanico de posibilidades en Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera, puesto que las reestructuraciones que se llevarán a cabo provocarán un cierre de oficinas por duplicidad en muchos barrrios de Palma y municipios de las Islas. Se da por descontado que Banca March y BBVA actuarán para no perder peso específico.