El municipio de Pollença es uno de los más afectados por la presión urbanizadora en suelo rústico. | Redacción Local

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El Consell de Mallorca prepara medidas para tratar de contener la presión urbanística en suelo rústico pero ya ha descartado por completo la posibilidad de aumentar la parcela mínima en suelo rústico. Quien quiera construir una vivienda en suelo rústico común debe contar con al menos 14.000 metros cuadrados de terreno.

A pesar de que fue una de las opciones que se manejaban, la institución insular ha decidido finalmente no aumentar la parcela y actuar en otras propuestas de trabajo, como es la posibilidad de reducir el tamaño máximo de las viviendas permitidas y reducir la edificabilidad de las parcelas, lo que podría limitar la construcción de servicios complementarias como piscinas.

La consellera de Territori del Consell, Mercedes Garrido, explicó que el aumento del 27 por ciento en las peticiones para urbanizar en suelo rústico puede deberse, precisamente, a las informaciones sobre la posibilidad de una ampliación. También ha podido influir la mejora de la situación económica y el enorme desarrollo del alquiler vacacional en el campo.

Sea por una razón o sea por otra, las cifras son elocuentes: el año pasado se presentaron 291 solicitudes para construir en suelo rústico frente a las 214 de un año antes. La consellera reconoció que se trata de un aumento importante, pero quiso destacar que las cifras actuales se encuentran muy por debajo de las 815 del año 1996, cuando se aumentó la parcela de 7.000 a 14.000 metros cuadrados, o las 810 del año 2000, cuando comenzó la redacción del Plan Territorial. El Consell ya ha comenzado la revisión de esta norma urbanística, que incluirá medidas proteccionistas no vinculadas al incremento de la parcela mínima. Desde que el Consell tiene las competencias en materia de urbanismo, en 1995, se han concedido 8.290 autorizaciones.