Foto de una intervención policial ante el local.

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Cuando los vecinos de la calle Fe, de La Soledat, se enteraron por la prensa de que el Ajuntament de Palma había cerrado el polémico local ‘El rincón de los amigos', ubicado muy cerca, sintieron a la vez envidia e indignación «porque nosotros seguimos aguantando, desde hace años, ruidos, borracheras, suciedad y todo tipo de molestias por otro bar sin que veamos el día en que el Ajuntament tomará alguna medida», asegura Toni Campos, portavoz vecinal.

En agosto del año pasado afirmaban a este periódico que «estamos al límite» y un año después «todo está exactamente igual», lamenta Campos.

El portavoz explica que en octubre del año pasado «tuvimos una reunión con la regidora de Seguretat Ciutadana en la que se comprometió a hacer todo lo posible». En diciembre, cuando el bar había sido alquilado por nuevas personas, hubo una reunión más, recuerda, «en la que no nos pudieron decir ni qué tipo de licencia tiene este bar». Ante ello, Campos optó por personarse en Urbanismo para averiguar él mismo el permiso del local, «y comprobé que tiene licencia de cafetería, aunque en el cartel de la puerta se anuncia como ‘after'».

Según su relato, Campos se citó con el alcalde de Palma, José Hila, el 9 de febrero «que también me dijo que se iba a hacer todo lo posible», pero «hasta hoy –asevera–, no hemos vuelto a saber nada del Ajuntament y el local sigue abierto y provocando los mismos problemas».

Los vecinos de esta calle palmesana cuentan y no paran. Según su denuncia, además del ruido, las personas que acuden al bar beben rompen lunas de los vehículos aparcados, orinan, defecan, practican sexo encima de los coches, «de todo lo que uno se pueda imaginar». Afirman, además, que la droga circula libremente.