Iago Negueruela en el Parlament. | Joan Torres

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El PSIB-PSOE busca estrellas treintañeras para promocionarlas con la mirada puesta en 2019 y pensando en que pueden obtener buenos resultados en las urnas. Francina quiere renovación, caras sin arrugas a su lado, de cara a las citas de dentro de tres años. Se ha puesto a trabajar con tiempo. Y su caballo blanco por excelencia es Iago Negueruela. La presidenta está obnubilada con su capacidad política, su dominio del aparato administrativo y su formación como inspector de Trabajo. Ve a su joven conseller como una máquina potencial de recolectar votos. Ve a Negueruela como su complemento perfecto. Ella, que ya se prepara para repetir como presidenta, mallorquina desde hace infinidad de generaciones, es ideal para cosechar votos en la Part Forana. Él es gallego como Pablo Iglesias (el fundador del PSOE en 1879), muy adaptado a Mallorca, socialista convencido y un pura sangre capaz de arrastrar mucho voto urbanita que el año pasado se fue a Podemos.

De hecho, Francina jubiló al disciplinadísimo y come-marrones-crudos Ramon Socías con la idea de colocar de cabeza de lista al Congreso a Negueruela e intentar así paliar la bofetada del 26-J, que se anuncia sonada, con un moratón en cada mejilla socialista. Pero luego Francina recapacitó. Su batalla de verdad no es ahora. Faltan más de mil días para que la inquera se juegue su futuro. Lanzar a Iago a las inminentes generales era quemarlo. Y Francina no está en la actualidad en condiciones de desperdiciar sus mejores activos. No. «A Iago hay que prepararlo muy bien de cara al 19. Ahora que siga de conseller y que no se consuma».

Es en este contexto que Francina designo a su jefe de gabinete, Pere Joan Pons, como nuevo número uno. Pere Joan, hijo de antiguo dirigente socialista, rezuma santidad por todos los poros de su cuerpo. Ya aceptó ser candidato en las europeas del 2014, donde el PSOE logró unos muy magros resultados, Ahora encabeza otro marronazo. Saldrá diputado, como es lógico. Pero seguramente con unos resultados flojos. El PSIB sabe perfectamente que Pedro Sánchez no engancha en el Archipiélago y que su raído Puedo Prometer y Prometo aquí suena a cantamañanismo.

Pero lo que hay que reflexionar es porqué Francina ha metido a Pere Joan en el microondas y a Negueruela entre almohadas. Y hay que mirar los movimientos que han venido luego. Con san Pere Joan ya en el ruedo a la espera de los morlacos, en el PSIB han comenzado a sonar los telefonitos. Algunos veteranos palmesanos del partido han recibido mensajes de muy arriba. Se les ha indicado que «sería necesario» crear un equipo de trabajo en torno al inspector gallego. Hay que enseñarle mucha cosas. Cómo es Palma; qué estructura sociológica y cultural tiene; cómo está segmentada; como lograr introducirse en las barriadas; a qué mensajes es más receptivo el palmesano medio. Además, el telefonito quería saber otras cosas. Se han hecho preguntas. Por ejemplo qué tal le van las cosas a Ramón Torres, factótum de la agrupación socialista de Ponent (la más numerosa de Ciutat). Ramón ya ha cumplido los setenta tacos y no está para según qué trotes. Pero sigue teniendo una autoridad enorme. Si Negueruela quiere tener peso en Palma hay que contar con Torres...Por ahí van los tiros. No hay que olvidar que conforme a pactos, el PSIB pierde la Alcaldía de Palma el año que viene y entregará la vara a Antoni Noguera de MÉS, ahora aliado de Podemos el 26-J.

Francina prepara el futuro. Es muy consciente de que si no espabila ahora este futuro la puede arrollar a ella y a los suyos. La vacuna antipodemos se llama Iago, como el famoso personaje del Otelo de Shakespeare.