Camiones de Emaya limpiando la Plaça d’Espanya con agua no potable. | Redacción Digital

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Dos años. Este es el tiempo que precisa Emaya para que Palma deje de ser la ciudad sucia que es y los servicios de limpieza y de recogida de residuos que ofrece den «un salto de calidad importante». Así lo afirmó este lunes la presidenta de la empresa municipal, Neus Truyol, quien dio a conocer el resultado de la auditoria de los servicios de limpieza viaria, recogida y taller realizada por la empresa Lavola, que ha tenido un coste de 36.800 euros, más 8.100 euros por asesoramiento durante un año más.

Las diagnosis no ha sorprendido a los responsables de Emaya: necesidad de reajustar los recursos y las rutas, de aumentar las cifras de recogida selectiva o la infradotación de recursos humanos. También que hay zonas de Palma, el centro y las turísticas, que se limpian con frecuencia con agua y otras, los barrios, a las que el agua no llega nunca.

Como resultado de la auditoría, la empresa ha laborado un plan de inversión de 16 millones en los próximos tres años en recogida y limpieza, que se destinarán a aspectos como el nuevo modelo de recogida del centro histórico o la renovación de contenedores, camiones y maquinaria de limpieza. Estos 16 millones son parte de los 45 millones que la empresa pretende invertir esta legislatura (a través de créditos), y que incluyen 26 millones para el ciclo del agua.