Biel Barceló. | Joan Torres

TW
8

La reunión que celebró este martes por la tarde el vicepresident del Govern, Biel Barceló, con representantes de los hoteleros y de los vecinos de la Playa de Palma se convirtió en un listado de peticiones al titular de Turisme para conseguir una modernización de la zona que todos los afectados consideran «urgente e imprescindible». Los presentes fueron claros, directos y prácticos con el vicepresident. «Con ser muy importante, no se trata sólo de arreglar aceras o poner farolas. Hacen falta instalaciones deportivas y sanitarias. Es ahí donde el Govern y el resto de instituciones han de demostrar si son capaces de ayudarnos de verdad».

Junto a Barceló se encontraban en la reunión Antoni Noguera de Cort, Cosme Bonet del Consell y el alcalde de Llucmajor Jaume Tomàs. El mensaje del vicepresident fue claro: «Hagamos piña. El Gobierno central dio a la Comunitat Autònoma 20 millones de euros hace más de cuatro años. Ahora nos reclama 15 porque no se invirtieron. A su vez, tenemos pendientes percibir 63 millones aprobados de inversiones estatutarias en la zona que no han llegado. Es necesario que nos unamos todos para conseguir no sólo mantener los 15 millones que nos reclaman sino que nos den el resto». En total son 78 millones «imprescindibles» para potenciar una zona clave para el turismo balear.

Lo más triste es que la Playa de Palma lleva desde hace tiempos inmemoriales con un consorcio en marcha que en la práctica ha conseguido poquísimo. El segundo Govern Antich (2007-11) puso al frente del consorcio a Margarita Nájera, exalcaldesa de Calvià, que puso en marcha grandes planes de transformación tan utópicos como irrealizables, comenzando por esponjamientos masivos y hasta tranvías que trajeron el histerismo a la zona, comenzando por los vecinos. Después, durante el Govern Bauzá, y en nombre de la austeridad, todo quedó prácticamente paralizado.

Ahora, desde el pragmatismo, se estudian inversiones puntuales y efectivas. Pero hace falta el dinero y ganar la batalla de Madrid. Alguien se levantó en la reunión y dijo: «en toda la zona no hay ni un campo de fútbol en condiciones para ser un reclamo para entidades deportivas». No habló de un polideportivo, sino simplemente de un rectángulo de juego en condiciones, bien cuidado y con instalaciones complementarias adecuadas». Lo mismo puede decirse de las infraestructuras sanitarias, «que están bajo mínimos». Parece mentira, pero a una zona turística con decenas de miles de camas hoteleras le hace falta un nuevo PAC (Punto de Atención Continuada). Se habla de consorcios, de decenas de millones de euros, pero hay carencias en los servicios más básicos.

También el mantenimiento es «muy pobre». Empresarios y vecinos hablan de deficiencias en farolas y aceras. «Es patético, por una zona turística de tanta potencialidad y que tanta riqueza da a Mallorca está en precario desde el punto de vista del apoyo institucional». Hacer el objetivo es hacer una piña para sacarle el dinero a Madrid, un dinero comprometido desde hace años con Balears. Puede ser un paso importante si se consigue concienciar a los hoteleros y a la ciudadanía. Madrid recauda y se lleva cada año 2.000 millones de euros baleares que jamás regresan. Si el Govern tiene que pedir el apoyo d la sociedad civil para conseguir 78 comprometidos.

A este paso, 2016 puede convertirse en el año de la piña para que «el Archipiélago reclame lo que es suyo. Aunque sea una pequeña parte».