Miquel Ensenyat. | Jaume Morey

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La llegada de Miquel Ensenyat a la presidencia del Consell ha conllevado aspectos novedosos y muy adaptados a la realidad actual. La institución ha propiciado para este viernes un encuentro en la Misericòrdia de la Plataforma que engloba a diferentes organizaciones religiosas presentes en Mallorca. En las actuales circunstancias, no se trata de una cuestión anecdótica ni baladí. La religión no puede ser excusa ni escudo para la violencia, sobre todo cuando la última matanza de París, de una ceguera, brutalidad y fanatismo casi sin precedentes y los bombardeos de la aviación francesa en Siria han puesto al planeta al borde de la histeria.

Miquel Ensenyat, católico convencido, hace tiempo que busca convertir la Misericòrdia en el gran centro cultural de Mallorca. Promover este encuentro interreligioso (con un profundo calado político y social) constituye un paso importante para lograr este objetivo.La mejor manera de superar guettos (no sólo físicos sito también mentales) es apelar al diálogo, primero entre expertos en religión para transformarlos en política de integración social y por encontrar puntos de convergencia y potenciación entre las diferentes culturas.

En la tierra de Ramon Llull, que ya apostó por este entendimiento en el siglo XIII, es fundamental dar este tipo de pasos. Donde hay comprensión los instintos violentos se apagan por inútiles.

Aun impactados por el desastre de París, ahora se ve con claridad la gran importancia de poder convertir La Misericòrdia en el gran polo cultural de Mallorca, abierto a todos, rehabilitado en su totalidad y convertido en un gran foro social y artístico. Si el Consell se decide a dar este paso habrá interpretado a la perfección hacia donde se dirige el devenir político de este siglo, exactamente hacia la superación de los viejos prejuicios, tirrias y sectarismos tan propios de pasadas centurias. Cada sociedad tiene que encontrar su propio camino para dar pasos decisivos hacia el futuro. De ahí que La Misericòrdia podría convertirse en símbolo de encuentro y de desarrollo de ideas e iniciativas.