El exministro y expresidente de Balears, Jaume Matas, sube a un coche tras abandonar el módulo de régimen abierto del centro penitenciario de Segovia, donde cumple condena de nueve meses por un delito de tráfico de influencias. | Aurelio Mart

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El expresidente de Balears y exministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, agota el plazo y prevé recurrir este viernes el auto del juez de Vigilancia Penitenciaria de Valladolid que revocó su tercer grado penitenciario, que le permite desde el pasado 31 de octubre solo ingresar en la prisión de Segovia para dormir.

Este viernes es el último día para recurrir en reforma ante el propio magistrado el auto dictado el lunes por el juez Florencio de Marcos Madruga, si bien el plazo es mayor si decide plantear recurso de apelación ante la Audiencia de Palma, que fue el tribunal que le condenó por tráfico de influencias, el delito por el que cumple 9 meses de cárcel.

La defensa de Matas combatirá todos los razonamientos del juez para revocar el tercer grado penitenciario, aducirá que ya ha asumido su responsabilidad penal al ingresar en prisión y alegará la inexistencia de peligrosidad social.

Mientras Matas prepara los argumentos para reivindicar su semilibertad, una exconsellera de su último ejecutivo ha señalado este jueves al expresidente como el responsable de que el Govern autonómico concediera numerosos contratos a la empresa Over Marketing, de los que la Fiscalía Anticorrupción sospecha que encubrían la financiación irregular de las campañas del PP balear en 2003 y 2007.

Si bien ha dicho no saber nada de la presunta financiación ilegal del PP balear, la exconsellera Obras Públicas, Mabel Cabrer, ha declarado al juez de instrucción José Castro que fue Matas quien le «indicó que convendría» contratar a lo largo de la legislatura 2003-07 a la empresa de publicidad Over Marketing que asumió las campañas de difusión de numerosas obras.

Precisamente el llamado caso Over es uno de los que mencionó el juez de Vigilancia Penitenciaria como causas pendientes de Matas con la Justicia para rebatir la condición de «delincuente primario» del expresidente balear.

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En el auto que recurrirá Matas, el juez De Marcos recuerda que ya ha sido condenado por cohecho en otra causa, cuya pena todavía no es firme «pero que describe una forma de actuar por parte del penado», y que tiene pendientes al menos otros seis procedimientos donde está imputado, desde el caso Nóos al Palma Arena, lo que «hace que la primariedad delictiva se desdibuje absolutamente».

Hasta que se resuelva el recurso, el expresidente continúa cumpliendo la pena en régimen abierto en el Centro de Inserción Social (CIS) del complejo penitenciario de Segovia, un edificio separado de la cárcel y con entrada diferente.

De lunes a viernes, Matas sale por la mañana y recoge del aparcamiento su vehículo, un Mini de color negro, para dirigirse a Madrid, conduciendo él mismo, a noventa kilómetros de Segovia. Regresa cada noche.

Alguno de los internos que se encuentran en el CIS con el expresidente balear han comentado que tienen una buena relación, aunque le deben hablar a través de un pequeño micrófono, debido al problema auditivo que padece Matas, según fuentes próximas a este centro.

Matas ingresó en el Centro Penitenciario de Segovia el pasado 28 de julio y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias le concedió el tercer grado el 29 de octubre al haber cubierto un tercio de la pena, con el informe en contra de la junta de tratamiento.

El pasado 31 de octubre salió para pasar su primer fin de semana fuera de la cárcel, donde había permanecido en el módulo de enfermería.