José Ramón Martínez, actual propietario, junto a su padre, que regentó la barbería hasta su jubilación. | Teresa Ayuga

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A final de año cerrará la barbería más antigua de Palma, abierta en 1901 en el número 86-A de la calle Aragón. Es una mala noticia, aunque la segunda parte es que la familia que la regenta desde hace 75 años seguirá al pie del cañón a pocos metros de distancia, en el 108 de la misma calle, a partir del 7 de enero del año que viene.

La peluquería de caballeros J. Martínez es un local histórico en la barriada de Son Canals. Actualmente esta regentanda por José Ramón Martínez Ortega, la tercera generación de barberos de la familia, que aprendió y heredó el negocio de su padre, José Martínez Matías, quien, a su vez, lo hizo del suyo, José Martínez Pou. Este en 1939 adquirió el negocio inaugurado en 1901 por Sebastián Ferragut, tras pagar 500 pesetas y un alquiler mensual de 50 pesetas por el local.

La crisis les ha rozado, pero poco más, «porque nuestra clientela es totalmente fiel, tenemos clientes de toda la vida, que nos han traido a sus hijos, a sus nietos e incluso a sus bisnietos. El más mayor tiene 92 años. Algunos que se han ido a vivir fuera de Palma tras la jubilación vienen a propósito para cortarse el pelo», comenta José Ramón.
¿La razón del traslado? Pura lógica, ganándole el pulso a la nostalgia. A partir del año próximo los dueños del local que ocupa la barbería –en un edificio de 114 años en el que vivieron los abuelos y nacieron su padre y su tío– le van a actualizar el alquiler de renta antigua, por lo que José Ramón ha decidido trasladar el negocio al local que compró hace algunos años en un edificio más moderno.

Él se siente barbero, una profesión casi en extinción, pero como persona joven que aún es «si entra un chaval y me pide un corte de pelo moderno, se lo hago, sin problemas». Lo que no hará es teñir, ni una permanente, «nosotros cortamos y afeitamos, todo lo demás nos supondría tener que contratar más personal». Aunque está titulado como peluquero, José Ramón prefiere limitarse a los cabellos masculinos, «el que quiera ir pelado como un hombre va a una barbería o peluquería de caballeros», aclara el padre, José. También ha cortado el pelo a algunas mujeres, que querían un corte masculino, «pero a puerta cerrada», reconoce.

La barbería ha vivido durante estas décadas innumerables anécdotas y por ella han pasado rostros famosos, vecinos del barrio, como Tolo Güell, el músico Toni Nadal, fallecido recientemente, o Bonet de ‘ses Pipes’.


Ahora, el letrero cambiará de ubicación y el viejo local apagará sus luces, pero por siempre conservará el olor a masaje de afeitar, el suave sonido del temple de la navaja y las voces y risas de los muchos clientes que acabaron siendo buenos amigos.