La rueda de prensa ofrecida por Carnage concitó la atención de varios medios británicos y de algún ‘presentador estrella’, como Jeremy Kyle, conductor de un tabloid talk show del canal ITV, quien increpó al director de la empresa apelando a cuestiones morales. | Teresa Ayuga

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Lo que tenía que ser una rueda de prensa para echar luz sobre el episodio de ‘felaciones por copas' en Punta Ballena acabó convirtiéndose en una surrealista comparecencia que solo sirvió para sembrar más dudas sobre la responsabilidad de la empresa de pub crawling (excursiones etílicas) Carnage Magaluf en el suceso.

Tras una intervención en inglés, traducida a trazo grueso y abundante en contradicciones, el director de Carnage, Paul Smith, concluyó su alocución asegurando que, uno: la empresa no fue quien ofreció bebida, premio o incentivo alguno a la chicha irlandesa del polémico vídeo para que practicara felaciones a una veintena de jóvenes. Dos: que no es de su responsabilidad que personas mayores de edad cumplan o no con las normas de conducta. No podemos prohibirles que beban», añadió. Y tres: se trata de una práctica –la ya conocida como mamading– que «está a la orden del día» y que se da también en otros destinos. Aunque reconoció que este último punto no debe servir de excusa. Smith anunció, a renglón seguido que, la noche siguiente a la de las felaciones, la joven del vídeo volvió a comprar hasta ocho tíquets para repetir excursión etílica. «Si hubiera estado tan disgustada como dice no habría vuelto», razonó.

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Desprestigio

Todas estas afirmaciones se produjeron en un delirante turno de preguntas que estuvo precedido por la lectura de un comunicado en el que Carnage puntualizó que no promociona, ni vende ningún tipo de actividad de sexo y que el vídeo difundido no se realizó en ningún bar de su propiedad, ni en ningún bar de su ruta. No obstante, posteriormente, contradijo este extremo reconociendo, que las felaciones sí se practicaron durante el transcurso de la misma. En todo caso, Paul Smith consideró que Carnage no es responsable de unas felaciones –a priori voluntarias, pero que calificó como «abusos»– y que deberían participar todas las «partes implicadas, administración y empresarios, para erradicar situaciones que perjudiquen la imagen de Magaluf».

Finalmente, Carnage aludió a una presunta campaña de desprestigio contra la empresa. «Hay sectores que se pueden beneficiar de estos vídeos para eliminar competencia», concluyó.