Día de Concienciación sobre el Autismo. | M. À. Cañellas

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«Mi hijo Nando es el hombre de mi vida. Siendo normal, es diferente. ¡Me ha enseñando tantas cosas! Entre ellas, a ser más paciente, más valiente, más independiente y más flexible», aseguró ayer, con la voz entrecortada Isabel Orlandis, madre de un niño de 13 años con Trastorno del Espectro Autista.

El suyo no fue el único testimonio que pudieron escuchar los asistentes al acto que, un año más, acogió la Catedral con motivo de la celebración del Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Guillermina Luque, madre de Sebastià, un joven de 26 años con autismo, también quiso compartir su experiencia: «Al principio piensas que es el fin del mundo», pero después «entiendes que tu hijo te necesita y encuentras ese sentimiento innato de lucha».

Bajo el lema 'Autismo y trabajo. Juntos podemos' y organizado por la Associació de Pares de Nins Autistes de Balears, Apnab-Gaspar Hauser, el acto quería y logró dar visibilidad al autismo y recaudar fondos para la asociación, que actualmente atiende a más de 400 familias.

Conducido por la directora del centro Gaspar Hauser, Maribel Morueco, comenzó con el saludo de José Pérez, presidente de Apnab, y de José Romero, vicepresidente, que leyó el texto que había preparado Miquel Ferrà i Martorell, escritor y socio fundador de la asociación, que no pudo asistir por estar enfermo, en el que reconocía que «todos somos autistas... lo hemos sido en algún momento».

La celebración contó con la actuación de la Orquestra de Cambra del Conservatori Superior de Balears y de la Escola de Dansa Francisca Tomàs, que interpretó cuatro poemas de 'El inquilino del hielo', de Miquel Àngel Lladó, recitados por el propio autor y con el acompañamiento de la música de Jaime Anglada y Toni Cuenca.

Al finalizar, la fachada principal de la Seu se iluminó de azul y Elbio Nery, joven con autismo de alto funcionamiento, leyó el manifiesto de la Organización Mundial del Austismo. Para completar la fiesta, se ofreció una chocolatada solidaria, se soltaron globos azules y se vendieron pulseras-puzzles elaboradas por usuarios del centro.