Los hoteles se han especializado en este segmento con talleres y tiendas para cicloturistas, así como menús especiales.

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El cicloturismo se ha convertido en la principal tabla de salvación para más del 60% de la oferta hotelera de la Platja de Palma durante los meses invernales. Sin este producto de turismo activo, los hoteles no estarían abiertos.

El presidente de la Asociación Hotelera de la Platja de Palma, Francisco Marín, afirma que «más de 26 hoteles han adaptado infraestructuras y servicios para captar este segmento de mercado vacacional. Los touroperadores han apostado por la zona y los niveles de satisfacción entre los cicloturistas es muy elevado. Esto no ha hecho más que provocar que cada temporada baja haya más hoteles abiertos enfocados al cicloturismo».

Los touroperadores Diana Sportreisen y Bicycle Holidays Max Hürzeler capitalizan la oferta de cicloturismo en la Platja de Palma, propiciando acuerdos con cadenas hoteleras y hoteles para contar con los mejores servicios.

Inversiones

Desde la Federación Hotelera de Mallorca apuntan que «el sector hotelero se ha ido adaptando a la demanda diversificando su oferta. Los empresarios llevan años invirtiendo en equipamientos para ofrecer una propuesta completa al cliente. Existen más de cien establecimientos hoteleros en la Isla que disponen, entre otros servicios, de taller acondicionado para almacenar bicicletas, mantenimiento y reparación, gimnasio y menús especializados para deportistas.».

Países nórdicos, Alemania, Suiza y Francia son los principales mercados emisores de cicloturistas a Mallorca, en este caso a la Platja de Palma. Su crecimiento va a alza, más aún cuando los touroperadores y hoteleros dan a conocer los servicios y equipamientos hoteleros.

Francisco Marín añade que el turismo activo en invierno «es un segmento que sí ayuda a romper la estacionalidad y alargar la temporada hasta los nueve meses, que es el objetivo a conseguir en los próximos años. Además, con estos productos los hoteles pueden mantener los puestos de trabajo y estar abiertos todo el año, lo cual tiene un efecto dinamizador en la Platja de Palma».

Los meses más fuertes van desde febrero a principios de mayo, «pero hay hoteles que también logran tener abiertas sus puertas en los meses más duros de la temporada baja, caso de noviembre, diciembre y enero. El haber sabido especializarnos en este nicho de mercado, ha generado para la zona captar un tipo de turismo que no tiene nada que ver con el de verano, de ahí que se ha apostado por la diversificación de productos y mercados», apunta Marín.