La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato. | J.J. Guill

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La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha desvinculado hoy la muerte de Alpha Pam, el joven senegalés, que carecía de tarjeta sanitaria y falleció por tuberculosis en su casa, de la aplicación de la reforma sanitaria y ha admitido que, «desgraciadamente, a veces se producen errores».

Mato se ha pronunciado de esta forma en el pleno del Congreso al contestar a una pregunta del diputado socialista José Martínez Olmos sobre si piensa derogar «la exclusión» de la cobertura sanitaria de los inmigrantes sin papeles que introdujo la reforma sanitaria para evitar sucesos «trágicos» como la muerte de este joven.

La pregunta ha llevado a que el diputado del PP Rafael Merino llamara caradura a Martínez Olmos durante su intervención, según ha denunciado el afectado, algo que el presidente del Congreso no ha escuchado pero que ha lamentado.

Tras pedir que le pidiera disculpas por este calificativo, Martínez Olmos ha acusado a la ministra de ser «responsable política» de esta muerte «porque su firma está en ese real decreto que quita la cobertura sanitaria a miles de personas».

Mato ha asegurado que «a ninguna persona se le ha negado asistencia sanitaria». «Absolutamente a ninguna -ha agregado-. Otra cosa distinta es que se quieran utilizar cuestiones tan trágicas para estrategias partidistas. Estamos acostumbrados porque ustedes suelen hacerlo».

«Si una norma en vigor impidiera la atención sanitaria urgente para unas personas, inmediatamente procederíamos a su derogación, pero éste no es el caso. Ninguna persona ha dejado de ser atendida cuando lo ha necesitado», ha insistido la ministra.

La titular de Sanidad ha dicho que, según los informes que le han remitido las comunidades autónomas, los pacientes han sido atendidos con «la máxima diligencia en primaria, en urgencias».

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«Se les han realizado las pruebas diagnosticas -ha continuado- y se han activado los protocolos de salud pública. En ningún caso se ha producido una discriminación en función del origen o condición de la persona atendida."

Pero, «desgraciadamente», ha advertido Mato, «a veces, se producen errores, pero eso no tiene que ver con la asistencia sanitaria».

La ministra le ha reprochado a Martínez Olmos su pregunta, que hará que dentro de algunos meses o años, según ha dicho, cuando lea su intervención se avergüence de haberla realizado.

Antes Martínez Olmos le ha reprochado que aprobará la reforma porque «fue una decisión injusta, inhumana propia de un Gobierno sin alma, un decisión sanitaria inútil» porque, según el diputado, el caso del ciudadano senegalés «lo podíamos haber tratado con un coste inferior a los 300 euros».

Contrarios

Además, según Martínez Olmos, todas las organizaciones profesionales están en contra de esta reforma, por lo que le ha vuelto a pedir a Mato que la derogue «para que no vuelvan a caer en sus espaldas nuevos casos que seguro que se van a producir porque hay ya contabilizados centenares de casos de inasistencia sanitaria».

Por otra parte, y en respuesta a una pregunta de la diputada socialista Trinidad Jiménez, la ministra ha asegurado que el Gobierno no tiene previsto reducir el gasto social, al que ha dedicado el 63 % del presupuesto global en 2013, porque «es una prioridad y lo volveremos a hacer de nuevo en 2014, pero reduciendo del déficit de las administraciones».

En contestación a la también diputada del grupo socialista Esperança Esteve sobre la pobreza infantil, Mato ha recordado que su Ministerio acaba de aprobar el Plan de Infancia y Adolescencia, el primero de la democracia que tiene memoria económica, más de 5.000 millones de euros, y ha insistido en que la mejor política social es la creación de empleo. «En esa línea vamos a seguir trabajando», ha concluido.