Parados de distintas nacionalidades haciendo cola en una de las oficinas de empleo del Servei d’Ocupació de les Illes Balears (SOIB). | Marco Torres

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Más de 30.000 personas en situación de desempleo que residen en las Islas no están registradas como paradas en las oficinas del Servei d’Ocupació de les Illes Balears (SOIB), y al mismo tiempo, el número de parados que ya no buscan trabajo ha aumentado un 46 % en el último año hasta alcanzar 7.748 personas.

Esta es la principal conclusión de un informe elaborado por Llorenç Pou, profesor de Economía Aplicada de la Universitat de les Illes Balears (UIB) barajando datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), los de afiliación a la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) y los registrados como demandantes de empleo en el Servei d´Ocupació de les Illes Balears (SOIB).

Datos

«Los datos de la EPA nos permiten tener una imagen bien clara de la situación laboral de los ciudadanos de las Islas», explica Pou y añade que permite «cuantificar el número de personas paradas que querrían trabajar pero que dejan de buscar un empleo porque creen que la posibilidad de encontrarlo es tan pequeña que no compensa», a este colectivo se les llama «personas desanimadas».

Lo que ha analizado Pou son los primeros trimestres de 2013, 2012 y 2011. El primer dato importante es que, en un contexto de recortes del presupuesto del SOIB que ha pasado de 92 millones de euros en 2010 a 36 millones en 2013, y teniendo en cuenta que registrarse en el SOIB sólo es obligatorio en el caso de cobrar una prestación, subsidio por desempleo o si se quiere recibir alguna acción de política activa, muchas personas optan por no hacerlo.

Comparando datos Pou sostiene que «los parados no inscritos en el SOIB son cerca de 30.000» , con un crecimiento constante desde el año 2011.

Otro dato importante, según el profesor de la UIB, es la evolución de las personas desanimadas, que se ha disparado en un 46% entre 2012 y 2013. En concreto, las personas paradas que han dejado de buscar trabajo, en el último año, han aumentado en 2.400, hasta alcanzar la cifra de 7.748. «Lo que estos datos reflejan es el pesimismo laboral», apostilla Pou.