Imagen de la sede de Brokerval , cuyas oficinas se encontraban en las Avingudes de Palma.

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Todo empezó en 1994, cuando se destapó un fraude millonario en la agencia de valores Brokerval que dirigía Francesc Berga. La sentencia final no llegaría hasta 2003 con una condena por un delito de apropiación indebida por un importe 2,1 millones de euros –Hacienda llegó a cifrar el fraude en 200.000 millones de pesetas, según el informe firmado por Pilar Valiente– y 104 afectados, muchos de ellos personas influentes de la sociedad e instituciones como la Universitat.

Una de las consecuencias directas del ‘caso Brokerval’ fue el ‘caso Túnel’, que destapó la financiación irregular del PP y precipitó la dimisión de Cañellas en 1996. El dinero y la política iban de la mano en todo este asunto que conmocionó la sociedad mallorquina a mediados de la década de los 90.

Con todos los ingredientes –incluída la huida de Berga a Panamá y su rocambolesca extradición a España por la presión del entonces vicepresidente del Gobierno Narcís Serra– novelescos, el ‘caso Brokerval’ se convirtió en una pieza más de una época con un rosario de escándalos: ‘caso Banesto’, ‘caso Roldán’, los negocios de De la Rosa, ... «El tema está salpicado por la política», confiesa una década después el principal protagonista de esta historia que cumplió cinco años de condena–de un total de 10 años y tres meses– por una sentencia de la que reitera –como ya dijo entonces– «estaba escrita antes del juicio».

Berga recuerda: «No creamos nada con fines delictivos, no supimos gestionar aquello».