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Lejos de aproximar posturas, la brecha entre José Ramón Bauzá y Mateo Isern se agranda. La pugna preocupa entre los dirigentes del PP balear, los cuales intuyen que de este abierto enfrentamiento no se puede esperar nada bueno.

El rostro con el que Isern abandonó el pasado lunes la reunión del comité de dirección del PP evidenciaba, una vez más, que se sentía abandonado por la cúpula del partido en su estrategia de neutralizar la candidatura de José María Rodríguez a la reelección como presidente de la junta local de Palma. Ante el resto de dirigentes conservadores, Isern reiteró su conocida tesis en favor de la renovación interna, y más tratándose de Rodríguez, un histórico sobre el que, ahora, pesan las imputaciones en el 'caso Over' y el 'caso Ibatur'.

En su intervención, Isern dejó clara que sus objecciones ya no eran contra Rodríguez, deslizó con claridad ante el resto de integrantes del comité de dirección que su crítica era contra el modo como había intervenido el presidente regional, José Ramón Bauzá.

Ninguno de los asistentes mostró el menor atisbo de apoyo a Isern, y menos ante Bauzá.

El presidente regional de los conservadores, en su tónica habitual, se limitó a 'tomar nota' de la postura de Isern pero no quiso añadir ningún comentario.

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Las diferencias entre Isern y Bauzá van más allá de la aplicación del código ético, cuestión sobre la que no hubo discrepancias serias y se acordó rebajar el nivel dialéctico sobre el futuro político de los imputados.

Engañado

Isern se siente engañado por Bauzá, el cual le obligó a retirar se candidatura a presidir la junta local del PP palmesano con el compromiso de que él evitaría que Rodríguez presentase la suya. En caso de que Rodríguez se encastillase, la última opción sería que Alvaro Gijón, circunstancia que supondría regresar al plan inicial, cuando Rodríguez era el delegado del Gobierno.

Bauzá no fue capaz de convencer a Rodríguez de que debía renunciar a sus aspiraciones a continuar al frente del PP de Palma, un bastión 'rodriguista'. Mientras, Isern -siguiendo las indicaciones del presidente regional- había dejado de maniobrar para confeccionar una lista alternativa.

En estos momentos la comunicación entre Bauzá e Isern es inexistente, una relación gélida que puede acabar teniendo consecuencias en dos instituciones principales de Balears, el Govern y el Ajuntament de Palma.