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El pleno del Parlament ha rechazado hoy las enmiendas a la totalidad de los grupos socialista y del PSM-IV-ExM al proyecto de Ley de Turismo, con 33 votos en contra del PP, por lo que la norma seguirá su tramitación en la cámara.

El conseller de Turismo y Deportes, Carlos Delgado, ha asegurado que el objetivo de la ley es responder a las necesidades actuales de la industria turística, una actividad que supone el 44 % del PIB y el 31 % del empleo en las islas, y hacerlo cuanto antes.

«Debemos reinventarnos y pasar de ser un destino de seis meses a convertirnos en un destino de todo el año y mejorar nuestra principal fuente de recursos que es el turismo», ha dicho Delgado, para quien la ley lo hará posible al apostar «por un turismo responsable» que promueva la «equidad social, eficiencia económica y conservación ambiental».

Delgado ha asegurado que si bien Baleares ha sido referente turístico mundial desde la década de los 60, en los últimos años no se han realizado las inversiones necesarias para modernizar los establecimientos hoteleros, lo que se ha traducido en un empeoramiento de la imagen y la calidad de la planta turística, sobre todo en zonas maduras.

La ley contempla medidas estructurales para incentivar la inversión en la industria turística para recuperar la competitividad.
El conseller ha resumido que la norma permite la reconversión de los establecimientos obsoletos, ordena los coparticipados o compartidos, mejora las zonas turísticas con la creación de los Planes de Intervención en Ámbitos Turísticos (PIAT) e incentiva la creación de hoteles de 4 y 5 estrellas y la desaparición de los obsoletos o de baja categoría.

«Toda la ley busca la subida de categoría y mayor número de puestos de trabajo», ha defendido Delgado, que ha explicado que si en los hoteles de 5 estrellas hay un trabajador cada 3,6 clientes, en los de 3 estrellas hay uno cada 7,9 huéspedes.

Ha defendido que la ley permite nuevas fórmulas de explotación que ya están en funcionamiento en otros lugares al regular los establecimientos de uso compartido turístico y residencial como «fórmulas esenciales para atraer la inversión, contribuir a la desestacionalización y mejorar la calidad».

Ha recordado los requisitos para crear un condotel: que tenga una categoría mínima de 3 estrellas, permanezca abierto un mínimo de 6 meses, cuente con el preceptivo informe vinculante del Ayuntamiento, acometa la rehabilitación integral del edificio y la cesión del 5 % del presupuesto al consistorio para hacer mejoras en la zona.

La ley permite también la explotación de las «possessions» o casas rurales como alojamiento turístico.
Además endurece la actuación contra la oferta ilegal, el intrusismo y la competencia desleal, con un aumento de las sanciones del 30 % y habilita un plazo de 1 año para regularizar plazas turísticas. Recoge la pensión completa total (el todo incluido), para la que obliga a tener un plan de calidad.

La diputada del PSM-IV-ExM i Més per Menorca Joana Lluïsa Mascaró ha dicho que esta ley es «urbanística», perpetúa los grandes edificios fuera de ordenación en lugares privilegiados y fomenta la especulación con el territorio porque se basa en el modelo turístico del PP que «es el retorno a un modelo equivocado y desfasado».

Mascaró ha dicho que el proyecto de ley «se preocupa solo de los problemas urbanísticos de algunos hoteleros» y «muchos artículos con un atentado contra el medio ambiente y el territorio».

La diputada nacionalista ha criticado que la ley dé facilidades para el cambio de uso que supondrá el cierre de hoteles y atenta contra el territorio y la autonomía municipal y ha reprochado al PP que su solución para el sector turístico sea «convertir los turistas en residentes».
También ha rechazado que permita crear establecimientos de turismo rural en suelo rústico porque dañará al sector primario.

La socialista Bel Oliver ha criticado asimismo que el proyecto de ley presenta el cambio de uso como un sistema de reconversión y rehabilitación de zonas turísticas cuando supondrá que los edificios turísticos «más que amortizados» podrán tener otro uso y «posibilita la cultura del 'coge el dinero y corre'».

Para los condoteles, la norma mantiene el volumen de edificación «lo que supone que se consolidan los mamotretos de los años 60», ha afirmado.

Según Oliver, la norma «fomenta la especulación y premia a quienes quieren dejar la actividad turística, perjudicando a quienes la quieren mantener», algo que considera una estrategia «buena para los especuladores pero no para el turismo».

«Se introduce la posibilidad de edificios de nueva planta en suelo rústico para hoteles de 450 plazas: ahora sí que se podrán hacer hoteles en Sa Canova, en Es Trenc y Formentor», ha advertido.

La exconsellera insular de Turismo considera que la ley «abocará Baleares a ser destino refugio». Oliver ha dicho que las islas necesitan reconvertirse como destino y hacerlo con las premisas de apostar por el medio ambiente, la seguridad, la sanidad y la no masificación.