Los trabajadores despedidos y sus compañeros, en las instalaciones de SFM. FOTO: JOAN TORRES

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Los trabajadores de Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) organizaron ayer una protesta espontánea con pitos y cacerolas en la sede de la empresa para protestar por los recientes despidos de 27 trabajadores. La protesta se realizó después de una reunión que mantuvieron los representantes del comité de empresa con el gerente de la entidad, José Ramón Orta.

Orta explicó al comité que no podía darse marcha atrás en la decisión de despedir a los trabajadores dada la actual situación económica. «La situación es la que es en estos momentos y ojalá pudiéramos seguir con todos los trabajadores, pero no es posible», señaló el gerente después de la reunión con los empleados.

Cacerolada

Los concentrados expresaron su protesta con pitidos y una cacerolada y los nervios fueron en aumento cuando el gerente de la empresa salió de su despacho para hablar con todos los trabajadores concentrados.

La situación se complicó hasta que hizo su aparición la Policía, que no tuvo que intervenir en ningún momento. Los trabajadores abandonaron las instalaciones con una cacerolada.

El presidente del comité de empresa, Ricardo Mas, aseguró que los trabajadores acudieron a la reunión pensando que la empresa les ofrecería una alternativa pero no fue así, lo que provocó que se produjeran momentos de tensión.

Mas anunció que, si la empresa no da marcha atrás en su decisión, los trabajadores continuarán con las movilizaciones. Aseguran que la empresa se había comprometido hace años a convocar oposiciones para aumentar la plantilla. Estas oposiciones no se convocaron y por eso se contrató a los 27 interinos que ahora han sido despedidos.

Deficiencias

En opinión de los trabajadores de la empresa, con una plantilla reducida es muy difícil prestar el servicio en condiciones. Ricardo Mas explicó que, si no hay personal suficiente, será muy difícil que se puedan cumplir las condiciones de trabajo y los horarios y turnos establecidos por la empresa por lo que auguró que se producirá un «caos en el servicio» si los trabajadores de la empresa deciden limitarse a cumplir con sus funciones y con los horarios que les han sido asignados.