Jaume Salas, presidente de Confaecib, junto a Casty Lorenzo, vicepresidenta de la entidad. | Joan Torres

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Jaume Salas (Palma, 1970) es el nuevo presidente de la Confederació d´Associacions de Pares d´Alumnes de Centres d´Enseyament i Jardins d´Infància d´Ideari Catòlic (Confaecib), a la que pretende, junto a su equipo, rescatar de la inactividad y el anonimato y revitalizar con un ambicioso plan de trabajo.

—¿Qué objetivos se marca para estos cuatro años?

—Queremos trabajar desde dos líneas, primero reforzando la representación institucional de los padres y madres de nuestros colegios, pues representamos a unas 9.000 familias de 41 colegios católicos, que es una masa crítica adecuada para poder tener una interlocución con los demás agentes del sector educativo, y segundo proveyendo de servicios a las propias asociaciones de padres y madres de alumnos (Apimas).

—¿Qué clase de servicios ofrecerán a las familias?

—Partimos de la base de que el gran problema a combatir es el fracaso escolar y buena parte de sus causas se encuentran en las familias, porque hoy la sociedad es compleja y muchos padres necesitan apoyo para poder educar a sus hijos de forma adecuada y desde la Confaecib entendemos que debemos ayudar en todo lo que podamos a que sea así. De forma concreta nos gustaría trabajar una línea de estímulo de la formación, del éxito escolar y para ello buscaremos dar apoyo pedagógico y psicológico a los padres, mediante cursos, para que puedan aportar hábitos e instrumentos que mejoren las oportunidades de sus hijos. Y otra parte del proyecto es más social, de apoyo a las familias para crear el entorno económico y social adecuado para que los padres tengan tranquilidad, y tiempo de calidad para ayudar a sus hijos y aquí ofreceremos a las familias asesoramiento económico ante los bancos, en temas de consumo, de seguridad (ciberacoso, drogas, pandillas...), civismo o medio ambiente.

—¿Y con qué medios contarán para este ambicioso plan?

—Es un proyecto a cuatro años, que complementará el trabajo de los centros y de las Apimas, y para ello esperamos contar con voluntarios de las familias. A ver si es verdad que la crisis nos hace mejores personas y entre todos somos conscientes de lo que podemos aportar al colectivo. Entre los padres hay abogados, psicólogos, economistas, etc, y cada uno puede ayudar de una forma.

—¿Cómo ha sido recibida la propuesta?

—Muy bien, presentamos el plan en una asamblea y a todo el mundo le gustó, pero claro ahora necesitamos involucrar de verdad a padres y madres.

—Ése es el gran reto...

—Somos conscientes de que de la base de unas 9.000 familias asociadas alrededor del 30% están motivadas y son activas en temas de Apimas, y queremos elevar ese porcentaje al 45 0 50% captando personas de ese 40-50% de las familias que es permeable, que no participa porque por ahora no ha recibido beneficios claros por parte de las Apimas. Luego hay un 20-30% con las que no hay nada que hacer, que no participarán.

—¿Qué es lo que más preocupa a las familias?

—Las dificultades económicas propias, pero también los recortes que se están dando en educación y la marginación que hay con respecto a la pública, pues no tenemos subvenciones en transporte o comedor.

—¿Cómo ven las familias esos recortes?

—Entendemos que los recortes son necesarios, pero sí pedimos seriedad, que se recorte en todo aquello que es superfluo antes que en educación; hay muchísimas empresas y servicios públicos que lo son y que aún no se han racionalizado.

—¿Qué porcentaje de responsabilidad tienen las familias en el éxito escolar?

—Estoy convencido de que más de 50%. Por eso queremos potenciar la corresponsabilidad de los padres en la educación de sus hijos, como todos los ciudadanos debemos ser corresponsables socialmente.

—¿Qué sintonía tienen con la Conselleria d´Educació?

—Buena, pero hemos solicitado una reunión con el conseller y aún estamos esperando.