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Hachazo a Jaume Matas. La condena de seis años de prisión desvelada ayer por la Audiencia Provincial deja al ex president del Govern a las puertas de la cárcel. De hecho, la Fiscalía estudia solicitar el ingreso inmediato en prisión para el acusado sin esperar a que el Tribunal Supremo decida sobre el recurso que su defensa ya ha anunciado que interpondrá. La sentencia considera a Matas culpable de delitos de malversación, falsedad en documento público y privado, prevaricación y tráfico de influencias. Todo por concebir la «estratagema» que permitió pagar al redactor de sus discursos, Antonio Alemany. El texto es especialmente duro con Matas al que rechaza aplicar una pena más baja por su papel como máximo responsable de la administración: «Que se traduce en el máximo plus de reproche cuando se hace un uso torticero. Debe pues servir a la Administración, nunca servirse de ella».

También el periodista Antonio Alemany recibe una condena de prisión de obligado cumplimiento: tres años y nueve meses. Las dos ex directoras de gabinete Dulce Linares y Maria Umbert son absueltas y el ex director de comunicación Joan Martorell y el administrador de la empresa Nimbus, Migue Romero, ven reflejados los pactos a los que llegaron con Fiscalía con condenas de año y medio y año un mes de prisión respectivamente.

La dura condena a Matas lleva a que la Fiscalía estudie la posibilidad de pedir a la Audiencia que el ex president ingrese ya en prisión. Dado que la condena no es aún firme, la misma Sala que le condena tendría que decidir esta posibilidad, si bien contra Matas ya existen varias medidas cautelares, entre ellas una fianza de 2,5 millones de euros. Fuentes próximas a la Fiscalía señala que en condenas como las de los ex presidentes del Barça y del Sevilla, Josep Lluis Nuñez y José María del nido, con penas superiores a las de Matas, se rechazó su ingreso en prisión. Ninguno de ellos tenía antes una fianza similar a la Matas. Estos antecedentes hacen que el ministerio público dude sobre si dar este paso. El fiscal jefe Anticorrupción, Antonio Salinas, está en contacto con los fiscales de Palma para decidir también un posible recurso de casación ante el Supremo de la Fiscalía.

El ministerio público y la acusación particular también se llevan algunos reveses en la sentencia. Así, considera que no hay delito en el pago de dos facturas a Alemany y también se reduce al mínimo la cantidad malversada: apenas 24.866 euros, frente a los más de 400.000 de los que hablaban las acusaciones. De esta cantidad, Matas tendrá que abonar menos de 3.000 euros. Eso sí, acumula multas que suman 11.500 euros, nueve años y medio de inhabilitación y pierde los honores que tiene como ex president.

‘CASO CONCURSO'
«Matas lo impulsó desde la sombra»

Cinco años y tres meses de la condena de Matas vienen de su participación en el concurso que se montó para pagar a Alemany a través de la empresa Nimbus. De esta manera, la sentencia asegura que el redactor de los discursos conseguía cobrar y mantener sus actividades privadas, entre ellas sus colaboraciones con el diario El Mundo.

La Audiencia llega al «íntimo convencimiento» de que Matas fue el ideólogo de ese concurso falso desde la sombra: «Ninguna otra alternativa tangible aventura la Sala». Así, tuvo que ser él quien indujo al director general Antoni Martorell y al empresario Miguel Romero a participar en la trama. El primero desde una «lealtad mal entendida» y el segundo por sus intereses empresariales.

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MALVERSACIÓN
Los pagos a Antonio Alemany fueron legales

La sentencia es exhaustiva a la hora de valorar todos los documentos y testimonios que le llevan a esa conclusión. En particular con la declaración de los dos acusados que pactaron con la Fiscalía, Romero y Martorell: «Los datos que han suministrado habrían dejado sin explicación plausible la lógica de los hechos». Así, habla del los «sentimientos enfrentados» de Martorell entre su lealtad a Matas y el acuerdo alcanzado con la Fiscalía y cree más la versión de Romero, a pesar de que detecta errores cronológicos.

En el concurso para pagar a Alemany hubo delitos de prevaricación, fraude y falsedad. Sin embargo, el dinero malversado queda muy reducido. La sentencia señala que el dinero que cobró el redactor por los discursos fue legal porque se destinó a un fin general, las propias intervenciones del entonces president. La Sala calcula qué hubiera costado contratar a Alemany como asesor de Matas. Como las acusaciones no aportaron qué cobraba este tipo de empleados públicos, la Sala toma como referencia cuánto ganaba un director general. Conclusión: los mismos 4.300 euros mensuales que cobraba Alemany. Por lo tanto, hubiera costado lo mismo contratarle de forma legal que de manera ilegal, por lo que no existe malversación. Sí la aprecian los magistrados en el 5 por ciento de comisión que cobraba Nimbus.

TRÁFICO DE INFLUENCIAS
Alemany ocultó a Matas que pretendía financiarse

El otro hecho por el que se condena al ex president es por interceder para que se concediera una subvención a la Agencia Balear de Noticias que ponía en marcha Antonio Alemany. La Sala señala que el periodista engañó a Matas y a su director general de Comunicación al no informarles de que la subvención que solicitó para este proyecto en realidad iría destinada a financiar un diario digital que pretendía poner en marcha. Para ello puso en marcha una trama de empresas en las que usó como testaferros a sus propios sobrinos. Con todo, la Audiencia señala que no existe más que una irregularidad administrativa en el desvío de estas cantidades de una empresa a otra, puesto que no ha quedado acreditado que la cantidad llegara a los 120.000 euros que fija como tope el Código Penal.

EXCUSAS
Alemany cobró 12.000 por trabajos que no realizó

Matas es absuelto de un delito de malversación por el pago de 12.000 a Alemany por una serie de publirreportajes que nunca se realizaron. La sentencia señala que fue el propio periodista quien propuso al director general este contrato por un «deseo particular de incrementar sus ingresos». Martorell «se dejó llevar» por el trato asiduo que tenía con el redactor de los discursos del ex president. Sin embargo, la sentencia considera que no hay indicios de que fuera Matas quien ordenara estos pagos.

Del mismo modo, también considera que no hubo delito en el pago de dos facturas en el año 2003 que autorizó la entonces jefa de gabinete Maria Umbert, que de esta manera, queda absuelta del único delito por el que permanecía acusada. En este caso, la Sala considera acreditado que Alemany realizó trabajos para el Govern en el mes de agosto de ese año, único aspecto puesto en duda por la Fiscalía.