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Entre enero y noviembre de este año 144 inmigrantes residentes en las Islas han solicitado el retorno a su país, y 121 ya lo han hecho, a través del Plan de Abono anticipado de Prestación a Extranjeros (Apre), el programas de retorno voluntario para trabajadores extranjeros que existen actualmente en nuestro país. Desde que comenzó la crisis en 2008 se han marchado de las Islas a través de este plan 488 personas.

A este programa pueden acogerse extranjeros no comunitarios de países con convenio bilateral con España en materia de Seguridad Social, que estén en situación legal de desempleo, inscritos como demandantes de empleo, que tengan reconocido el derecho a la prestación por desempleo y aprobado por el Inem/Soib el abono anticipado de esta prestación. Junto a este programa existe otro de retorno voluntario humanitario, dirigido en este caso a inmigrantes no comunitarios, indocumentados o regulares, sin recursos económicos.

Estas cifras apuntan a que el año terminará probablemente con un número de retornos similar al del año 2010, cuando se presentaron 161 peticiones y regresaron 137 inmigrantes.

En concreto, este plan ha gestionado entre 2010 y 2011 bastantes menos peticiones que en 2009, que fue el año que más demanda hubo, hasta 230 solicitudes, y que más personas retornaron, hasta 196. Y es que hasta ese año, en el que la crisis económica se hizo patente del todo, el programa atendía menos de una cuarta parte de las demandas actuales. Así, en 2008 se marcharon 34 personas a través de este plan de ayuda y en 2007 fueron 19.

Muchos inmigrantes deciden marcharse después de haberse quedado sin trabajo. Y la ralentización de la demanda de retornos con respecto a 2009 se explica por las buenas expectativas que han tenido muchas personas de que durante las temporadas turísticas de estos dos años pudieran encontrar un empleo. Y es probable que al final de año aumenten las solicitudes de retorno. La media de espera para el retorno -desde el momento en que se da cita- oscila entre las seis y ocho semanas.

Casi la totalidad de las personas que reclaman en retorno son latinoamericanas. En cambio, apenas hay demandas por parte de africanos. Por ejemplo, pese a ser una de las nacionalidades más numerosas, ni un solo marroquí ha solicitado el retorno voluntario desde 2009.