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El Instituto Ramon Llull empezó ayer las clases del nuevo curso escolar, como así se lo ordenó la Conselleria d´Educació, si bien casi no hubo actividad lectiva ya que apenas acudieron el 30% de los alumnos de ESO y algo más del 50% de los de Bachillerato, en total unos 250 estudiantes, ante el temor de las familias por los problemas estructurales que presenta una de las alas del edificio, según informó el director del centro, Emili Gené. Además, unos pocos docentes impartieron alguna de sus clases fuera del recinto, en la plaza del tubo , ante la petición de los alumnos, que no quisieron quedarse en el aula por temor.

El director del centro explicó, además, que ayer un arquitecto, padre de un alumno del centro, revisó todo el edificio, en especial las partes más deterioradas, y concluyó que el inmueble es seguro, algo de lo que se informó por la tarde al Consell Escolar del centro y éste transmitió a las familias.

De todas formas, los padres siguen esperando a que la Conselleria les enseñe el informe de la inspección técnica del edificio que se realizó en 2009, aunque aún no han sido citados por la Conselleria.

El centro ya ha reubicado a los alumnos que debían ocupar las seis aulas afectadas por el deterioro durante las tres semanas que durarán las obras.