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Los concentrados en Palma para reclamar cambios en el sistema político, económico y social han hecho un llamamiento a los ciudadanos a participar esta noche en la protesta y apoyarles ante un posible desalojo, tras la decisión ayer de la Junta Electoral Central prohibiendo sus manifestaciones.

«Perdimos el miedo», ha afirmado a Jordi, miembro del equipo de prensa de los manifestantes, que esta mañana, como cada día a primera hora, estaban reunidos en asamblea para decidir distintos aspectos organizativos y continuar con sus profusos debates ideológicos.

Ayer noche, alrededor de 600 personas de toda edad y condición, aunque jóvenes en su mayoría, llegaron a congregarse en la asamblea celebrada en la plaza palmesana muy atentas a la decisión de la Junta Electoral, y de ellas unas 200 se quedaron a dormir, según los organizadores.

Resistencia pacífica

En la reunión se votó a mano alzada quedarse en caso de que la Junta prohibiera las concentraciones, cosa que finalmente hizo para mañana y el domingo, aunque se quiso dejar muy claro que la resistencia será pacífica.

Muy organizados, los participantes propusieron evitar el cara a cara con los policías y pedir entonces la ayuda de sus compañeros de la sección legal. En caso de ser expulsados, acordaron regresar al día siguiente a las doce de la mañana.

Aparte de los asuntos ideológicos, con participantes de todas las edades, durante el debate de anoche se plantearon temas de todo tipo, como extender la protesta a los barrios de Palma y a los pueblos de Mallorca, hacer hincapié en la prohibición de consumir alcohol para no convertirlo en un «botellón» o conseguir más escobas para limpiar la plaza.

En la asamblea se pudieron oír frases de ciudadanos participantes dedicadas a los políticos, como un hombre, megáfono en mano, que trasladó a Mariano Rajoy y a Alfredo Pérez Rubalcaba que la protesta no se trataba de «nada personal»

«Si pudiera gritar diría lo mismo que mis padres y mis abuelos: no pasarán» fueron las palabras escritas en un papel de un hombre mudo que leyó el moderador en otro momento de la noche.

Continuidad del movimiento

Uno de los puntos más debatidos fue la necesidad de continuar con el movimiento más allá del próximo domingo, para que la indignación no decaiga.

«No solo queremos un cambio electoral, sino global, social, político y económico», ha afirmado esta mañana uno de los participantes.

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La asamblea pretendía consensuar un manifiesto, aunque finalmente no ha sido posible y se ha quedado en un borrador que esperan cerrar hoy.

Con la resaca de la decisión de la Junta Electoral, que hizo pública su resolución poco antes de la medianoche, a primera hora de hoy algunos proponían para mañana una jornada de protesta «tranquila» y «de reflexión», con proyección de películas y documentales, aunque este aspecto aún está por concretar.

Por el momento, la jornada se perfila activa en la plaza de España, con varios conciertos, debates y reparto de información a los que quieran conocer su causa.

En concreto, a las cuatro de la tarde habrá un concierto de Carlos Garrido, a las seis de Los Alcantarillados y a las siete del grupo de percusión Pachamama.

Finalmente, a las nueve de la noche se podrá ver un espectáculo de fuego y tres horas más tarde llegará la temida medianoche, momento a partir del cual la concentración se convertirá en ilegal.

Más apoyo popular

Cada vez más personas se detienen en la palmesana Plaça d'Espanya para interesarse por la actividad de la acampada de «indignados» ante el sistema político español. La más amplia de las adhesiones recibidas ayer coincidía con el lema 'Queremos unos gobiernos que manden obedeciendo'. O lo que es lo mismo, con la convocatoria habitual a los ciudadanos para decidir sobre cuestiones de fondo que les afectan «y no cada cuatro años».

Las asambleas celebradas a mediodía y al anochecer de ayer -en esa última hubo más de medio millar de personas entre activistas y espectadores- aprobaron un texto a repartir desde hoy en el que se invita a la población a participar en «un cambio hacia una democracia realmente participativa» mediante «el protagonismo de la sociedad».

Voces populares

El texto, que según los reunidos será redactado en español, catalán, inglés y árabe, comienza señalando que la lucha de las personas que han decidido salir a la calle para reivindicar un cambio de sistema «seguirá hasta que se cumplan nuestros objetivos, o sea, que podamos decidir».

A continuación indica que «esto lo tenemos que arreglar entre todas (las personas), porque la democracia somos todos y tu voz cuenta como la de todo el mundo», y que «la voz del pueblo se levanta en las plazas del mundo entero para dignificar la rabia, la indignación y para luchar cotidianamente contra la miseria afectiva y económica a la que nos han llevado».

A partir del breve manifiesto cuya aprobación ha llevado más de dos días, cualquier ciudadano puede elaborar y repartir panfletos al respecto por Mallorca «respetando las ideas de base que hemos acordado libremente».

Una amplia pancarta en la que los paseantes escribían ayer sus opiniones recogía en su centro físico un lema que había sido respetado en muchos centímetros a la redonda: Mou el cul i obre la boca.