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La actual gerente y presidenta en funciones de Emaya, Margarita Tortella, ha asegurado ante el juez que instruye el caso Maquillaje que nunca ha sido «colocadora ni conseguidora» de personas pertenecientes a UM, y ha negado haber decidido por sí sola una contratación. En este sentido, ha apuntado que cualquier contrato que se efectuara debía realizarse «con el visto bueno de la superioridad».

Así lo ha puesto de manifiesto durante su comparecencia en calidad de imputada ante el titular del Juzgado de Instrucción número 2, Juan Ignacio Lope Sola, donde ha afirmado además que no sólo el ex presidente del comité de Palma de UM y ex vicepresidente del Consell, Miquel Nadal, le enviaba personas que buscaban trabajo para que las atendiese, sino también «otros miembros de partido, de todos los ámbitos y de todos los partidos», lo que ha calificado de «normal».

La encausada ha sido interrogada así en relación a las contrataciones presuntamente irregulares efectuadas la pasada legislatura de activistas de UM en empresas contratistas de la Institución insular así como en diversos organismos públicos cuando en realidad nunca llegaron a trabajar en ellas sino que únicamente realizaron trabajos en favor del partido. Sobre esto, la gerente ha asegurado que no tenía conocimiento de la existencia «ni de Vídeo U ni de Ambbit Digital, dos de las principales empresas investigadas.

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Consenso

Durante la declaración, Tortella ha defendido que de todas las peticiones de trabajo que han entrado en Emaya se han consensuado los perfiles «más idóneos» para prestar el servicio que «previamente ha sido demandado», y «siempre cuando ha habido necesidad de plantilla». Así, al ser preguntada por la entonces presidenta de la empresa, Cristina Cerdó -también imputada-, ha recordado que ésta le pedía que «si era posible» entraran a trabajar determinadas personas, como hijos de trabajadores, pese a que «era imposible que todos los curriculum entregados en la empresa finalizasen con un contrato de trabajo».

En referencia a la contratación de la activista María de Lluc, ha recordado que «es probable» que se la encontrase en algún acto de partido y que Nadal «me dijera que la recibiera». «Me pidió trabajo pero le informé de que no había», ha manifestado Tortella, quien ha señalado que lo que le dijo, «para ser humana, es que si me enteraba de algo se lo haría saber». «Visitas de este tipo tengo muchísimas por el cargo que ostento», ha apostillado.