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La clase política balear ha condenado los altercados que tuvieron lugar en la manifestación del 31 de diciembre, en la que resultaron heridos un ciudadano que pasaba por la calle Oms y dos policías.

El delegado de Gobierno, Ramon Socías, aseguró que los causantes del intento de quema de una bandera española durante la manifestación por la independencia de los Paíseos Catalans no son «representativos» de las 2.000 personas que siguieron la marcha. «Estos incidentes no representan el sentimiento en que se traducía la concentración», aseveró.

Socías también señaló que la bandera y el líquido inflamable empleado para prenderle fuego fueron incautados por la Policía Nacional.

La presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol, calificó de «lamentable» el incidente y manifestó que la fiesta del Estendard «debería ser un día festivo y no un día de incidentes».

Respeto

El presidente de UM Palma, Marc González, además de mostrar su condena, pidió que se respeten las diferencias ideológicas y de pensamiento. «Celebramos un acto festivo, de conmemoración de dónde venimos y de lo que somos y está absolutamente fuera de lugar cualquier tipo de violencia, incluida la violencia verbal, porque tenemos que empezar a respetarnos unos a otros como pueblo y a valorar las diferencias ideológicas y de pensamiento», declaró.

El portavoz del PP de Palma, Julio Martínez, también condenó los incidentes y aseguró que «es intolerable que haya radicales que quieran cargarse el espíritu de unidad». Además, pidió a «los partidos que dan cobertura ideológica a estos radicales que reflexionen».

El secretario general del PSM, Biel Barceló, lamentó lo sucedido y puntualizó que fue «un incidente aislado que estropea una fiesta pacífica y reivindicativa». Así, destacó que «la manifestación fue pacífica y en la cola de la misma hubo un incidente provocado por radicales que hay que lamentar, tanto por unos como por otros», según recogió Efe.